Soulmates

Sola. Esa fue la unica palabra que logró penetrar mi caparazón.



sábado, 27 de febrero de 2010

14.1 Fiesta

La tarde estaba nublada, y el frío viento calaba hasta los huesos. El viaje a Raleigh en auto era de unas 2 horas. El auto de Jake estaba sorprendentemente calientito a pesar de la temperatura exterior. Podía ver el espeso bosque pasar como un ligero borrón a nuestros lados. La radio cubría el silencio que reinaba entre Jake y yo. Solo podía pensar en lo que le diría a Lucas si se enterará que si vine a la fiesta.

-Y… ¿Por qué le mentiste a Lucas? El no es tu dueño. Si querías venir podías hacerlo solo con el permiso de tu prima o tus padres.- dijo Jake sonriendo. Me hundí en mi asiento y suspiré sintiéndome culpable.- Aparte, el no es tu novio, ¿o sí?

Esto último lo hizo apretar la mandíbula y pude oír el rechinido de sus dientes, pero a mi me hizo sonreír esa idea. Comencé a ver por la ventana y ya eran visibles a lo lejos las luces de la ciudad. El resto del trayecto le saqué plática para hacerlo olvidar eso, éramos amigos y no quería que estuviera molesto durante la fiesta.

Cuando me di cuenta, nos habíamos estacionado en un lugar que parecía un poco tenebroso. La calle hubiera estado vacía de no ser por unas cuantas parejas que iban tomadas de la mano dirigiéndose a la entrada del edificio que estaba frente a nosotros. La fachada del lugar era algo elegante, pero en cierta forma, te hacía sentir escalofríos; estaba pintado de un color tipo café arenoso, sin ventanas que mostraran al interior. Había un gran letrero con luces fluorescentes que decía “Damphir” en la entrada. La puerta de cristal y madera, como las que ves en las películas de época, era resguardada por un hombre un poco robusto. No me fijé en el “Guardia” ni en las parejas hasta que nos acercamos a la puerta. Tenían la piel pálida y grandes ojeras debajo de los ojos, eran realmente hermosos, pero se veían un poco cansados.

-Señor Adams. Gusto en verlo.- dijo el guardia. Me escrutó con la mirada y sonrió levemente mostrando unos blancos y perfectos dientes.- Mucho gusto señorita. Soy Esteban. A sus órdenes.

-Muchos gusto.- respondí sonriendo. Asintió y nos dejo entrar.

El lugar era “iluminado” por luces rojas, moradas, azules y blancas. El lugar estaba lleno de personas, todas muy parecidas a las de la entrada. Cansadas. Había una barra al fondo donde había unas cuantas personas sentadas conversando. Había unos pequeños sillones a los lados de donde estaba según yo la pista de baile. Para mi gusto, la gente iba vestida muy elegante. Yo llevaba puestos unos vaqueros oscuros, unas botas beige y un abrigo café que me llegaba hasta medio muslo sobre una blusa negra de encaje.

-¿Quieres algo de beber?- preguntó Jake después de un rato.- Después te presentaré a unas cuantas personas y buscaremos a Cam y a Belén.

-Esta bien.- dije feliz. Me dirigió a la barra, pero antes de hablar con el hombre que atendía, se giró hacía mi y se ruborizó.

-Eh… Dest. Se qué apenas hace un mes y medio que nos conocemos, y como sabrás, la escuela organizará el baile de bienvenida pronto, así que… Este… Yo…- tartamudeó. Me quedé quieta cuando dijo baile. Esperaba que no me preguntará lo que pensaba.- ¿Quisieras ir al baile conmigo?

-¡Jake!- gritó alguien a nuestras espaldas. Eran Belén y Dean con Camilla y Shane a un lado. Se veían realmente bien; los chicos iban con vaqueros oscuros y camisas de vestir, y las chicas iban con vestidos de esos que ves en las boutiques y te mueres de la envidia de verlos en los maniquíes. Me sentía aliviada por el hecho de no tener que contestarle. Se que es tonto, Jake tan guapo y lindo me pidió que lo acompañara, pero si iba a ir a ese baile, me hubiera gustado que fuera con Lucas. Cuando lo recordé, se me hizo un nudo en la garganta y mi estómago se revolvió. La culpa.

-Hola.- dijo Dean mientras se acercaba para abrazarme. Este tiempo había notado que el y Lucas eran muy buenos amigos, y me preguntaba por qué Lucas no había venido.- ¿Lucas no vino?

-No.- respondió Camilla.- El muy amargado dijo que tenía cosas mejores que hacer.

-Un momento,- dijo Belén estudiándome el rostro.- ¡Tú le dijiste a Lucas que no vendrías, Destiny Boudelair!

Todos voltearon a verme y comenzaron a reír. Yo mordí mi labio inferior y miré a otra parte apenada. Los pelos se me pusieron de punta al ver a Taylor acercándose a nosotros con paso engreído, dejando a algunas de las chicas mirándolo con la boca abierta. Me sonrió y me guiño un ojo de una forma escalofriante y perturbadora.

-Supongo que mentí.- dije riendo inocentemente ignorando la incómoda presencia de Taylor. Belén comenzó a reír y me dirigió una mirada de “estoy-orgullosa-de-ti.” - Vamos a bailar.

-Primero algo de beber.- dijo Shane tomando a Cam de la mano. Ella sonrió y todos asentimos.

Todos pidieron una bebida que no pude identificar, pues venía en un vaso oscuro, mientras yo pedí una piña colada sin alcohol. Nos sentamos en una de las mesitas con sillones que había vacía y comenzamos a platicar.

-Haber Dest, cuéntame que pasó con eso de que le mentiste a mi amigo.- dijo Dean sonriendo divertido.

-Lucas dijo que era peligroso y que no debía venir. Pero como ven aquí estoy. Le dije que no vendría para no preocuparlo.- dije apenada. Cam puso su mano sobre la mía y levantó su vaso como queriendo brindar.

-¡Brindemos por mentirle a los novios!- dijo Camilla muriéndose de la risa. Los chicos la miraron molestos y Shane se levantó de la mesa ofendido y comenzó a caminar lejos de nosotros.- ¡Ops! ¡Debo ir por el!- dijo antes de levantarse salir corriendo tras Shane.

-¡Pues yo si brindo!- dijo Belén más que divertida. Se levantó y se sentó en las piernas de Dean y lo abrazób.- Para que no te vayas mi amor.-

-Jum.-dijo Dean también ofendido, pero la recargó en sus hombros y besó su cabello. Todos levantamos los vasos y brindamos por mentirles a los novios.

-Voy al baño.- dije después de acabarme mi bebida. Belén dudó entre si levantarse o no. Si se levantaba Dean se iría como Shane y ella tendría que ir a buscarlo.

-Dest…- dijo mirándome apenada.

-No te preocupes.- dije calmándola.- Solo dime por donde es.

-Por allá.- dijo señalando una puerta al fondo del lugar.- Perdón.

-No te preocupes. Cuídalo bien, que no se escape.- dije riendo. Dean puso los ojos en blanco y Belén rió al igual que Jake y Taylor. Este último había permanecido todo el rato callado, solamente mirándome.

Caminé entre todas las personas hacía el baño. Choqué con unas cuantas chicas que me dirigieron miradas asesinas para después volver a bailar. Cuando por fin entré al baño, me sentí un poco segura. Saqué mi celular de mi bolso y vi qué había 3 llamadas perdidas; 2 de Lucas y una de Ever. Me mordí las uñas, cosa que hacía desde que tengo memoria, y pensé en llamarles, pero descarté la idea después de recordar que Ever saldría hoy con Damen y Lucas me preguntaría donde estaba.

Me miré un rato en el espejo y me lavé las manos con la cabeza baja. Cuando levanté la mirada, pegué un grito al ver a Taylor detrás de mí.
-¿Qué… qué haces aquí?- pregunté aterrada. Se acercó a mi y sonrió burlonamente.

-Nada. Venía a verte.- dijo mirándome de arriba abajo.

-Ya me viste. Ahora lárgate de aquí. Es el baño de chicas.- dijo fingiendo valentía. Rió descaradamente y negó con la cabeza.

-Creo que no entiendes, preciosa.- dijo mirando su reloj.- Tengo hambre y he esperado que estés sola desde que llegamos.

-Pues pudiste ahorrarte la espera. No iré a comer contigo a ninguna parte.- dije tratando de apartarlo de mi, pero acercó su rostro a mi cuello y sentí su frío aliento contra mi piel, como pequeñas agujas.

-No estoy hablando de ir a ningún restaurante.- su voz se sentía amenazadora. Mi celular comenzó a sonar y me lo arrebató. Alcancé a ver el identificador que era Lucas.

-¡Aléjate de mí!- grité.

-Creo que eso no será posible, preciosa.- dijo para lanzarme contra la pared. Me golpeé la cabeza con el espejo y este se rompió en mil añicos. Afortunadamente, ninguno se clavó en mi piel

-¡Suéltala!- gritó una joven desde la puerta. Debía tener unos 17 años, tenía el cabello rojizo y los ojos azules, su voz tenía un acento un poco europeo, supongo. Era realmente hermosa, pero se veía furiosa. - ¡Sal de aquí antes de que llame a seguridad!

-No te metas.- le respondió Taylor con sus manos aún sosteniéndome contra el espejo ya roto.

-Más te vale que la sueltes y te largues de aquí si sabes lo que te conviene.- dijo furiosa. Taylor la fulminó con la mirada y me soltó. Caminó a la puerta y la golpeó con el hombro antes de salir.- ¿estás bien?

-Si, muchas gracias.- dije apenas conteniendo las lágrimas por el miedo y el coraje. Comencé a temblar y ella se acercó y me abrazó.

-Holly.- dijo tranquila.

-Destiny Boudelair, soy de Wake Forest.- respondí. Ella me miró sorprendida y me ayudó a levantarme.

-Deberías llamar a alguien. Para que vengan por ti, supongo.- dijo en forma protectora. Busqué mi celular y lo vi tirado a mi lado. Tenía algunos raspones y la pantalla rota; Taylor lo debió haber tirado.

Marqué el primer número que me vino a la mente…

-¿Bueno?- respondió Lucas feliz.-¡Dest! Hola, ¿Qué pasa?

-Lucas, ¿Podrías hacerme un favor?- dije con la voz impregnada de miedo. Se quedó callado un rato y suspiró.

-Claro.- dijo serio. Me imaginé que ya se había hecho una idea de lo que le iba a pedir.

-¿Puedes venir por mi a Raleigh? Estoy en la fiesta.- dije llorando. Holly, que seguía a mi lado, se levantó y me sonrió para después salir por la puerta. Lucas no respondió y podía oír su respiración tan irregular que me espanté.

-Voy para allá.- dijo antes de colgar. Me tiré en el piso y comencé a llorar del miedo y la preocupación. Pasaron unos 30 minutos y alguien abrió la puerta del baño. Era Lucas. Nunca me había puesto tan feliz de verlo. Me levanté y corrí a sus brazos, pero solo se quedó viéndome, con la mirada más decepcionada de lo que nunca había visto antes en alguien.

-Lo prometiste.- dijo tristemente antes de salir por la puerta haciendo ademán de que lo siguiera…

martes, 23 de febrero de 2010

13.1 Mentiras

Se acercó más y nuestros rostros quedaron separados solo por unos cuantos centímetros…

El teléfono sonó, pero Lucas pareció no oírlo. Yo deseaba quedarme así, pero puede que fueran Damen o Ever y se preocuparían si no contestaba.

-Debo contestar. Tal vez sea mi prima o su novio.- dije empujándolo un poco. Ambos maldijimos en voz baja mientras se alejaba de mí y me dirigía al teléfono. Vi el identificador y efectivamente era Damen.

-Ehhh… ¿Bueno?- dije tratando de calmar mi respiración, que por lo que acababa de pasar estaba un poco irregular.

-¿Destiny, estás bien?- preguntó alarmado. Respiré profundamente un par de veces hasta que logré regular mi respiración.

-Si. ¿Pasa algo? Es que tengo tarea…- dije esperando que se calmara.

-No, solo hablaba para ver como estabas.- dijo. Pareció no creerme, pero como no tenía pruebas de que algo pasaba, no dijo nada.

-Estoy bien, enserio.- respondí. Di media vuelta para ver a Lucas y miraba por la ventana. Me acerqué a el con el teléfono en mano y puse mi mano en su hombro, pero la quite pensando que debía esperar un poco.

-Esta bien. ¿Ocupas que te llevemos algo?- preguntó. Vacilé un poco en contestar, pues esperaba que se tardaran más.

-No. ¿A que horas vuelven?- pregunté realmente curiosa. Nunca había deseado que no llegaran a casa; hasta hoy.

-En la noche. Perdón por no avisarte, fue de improvisto.- dijo algo apenado. Yo estaba acostumbrada a sus viajes Express y nunca me habían molestado. Ellos tienen una vida, y no solamente se basa en mi.

-OK. No te preocupes, ¡los quiero!- dije antes de colgar. Suspiré y me puse frente a Lucas, deseando continuar con lo que Damen había interrumpido, pero solamente se acercó a besar mi mejilla, muy cerca de mis labios y sonrió complacido.

-¿Vamos al piano?- preguntó. Puse los ojos en blanco pero asentí, sintiéndome algo decepcionada. Lo tomé nuevamente de la mano y lo dirigí al segundo piso a mi cuarto, que era donde estaba el piano.

Entramos y nos acercamos. Miré el viejo piano que no había tocado en 3 años, desde que Trevor murió. No lo hacía por que mi hermano fue el que me enseño, y me recordaba que no estaba conmigo.

-Toca algo.- dijo dulcemente. Bajé la cabeza y unas cuantas lágrimas cayeron por mis mejillas. -¿Qué sucede, Dest?

-Nada.- dije torpemente. Me senté en mi cama y di ligeros golpes ami lado, invitándolo a que se sentara. Yo sabía que el no me creía, así que suspiré pesadamente y comencé a contarle mi historia de el peor día de mi vida. Cuando terminé, las lágrimas me ahogaban y los sollozos me hacían temblar.

-Perdón. No debí haberte contado. Tal vez ni te interese. Sigamos con el proyecto.- dije apenada. Me aparté de él y me senté en el banquito del piano.

-¿Estas segura? Si quieres lo podemos dejar para otro día…- dijo con la preocupación inscrita en sus facciones.

-No, estoy bien.- dije antes de empezar a tocar. Las teclas sonaban cada que mis dedos las presionaban. Podía sentir la melodía saliendo de mí, como si ya la supiera, en lugar de estar improvisando. La música comenzó a llenar el lugar, relajándome, haciéndome sentir bien. Casi me sentía completa, solo casi. Me pregunté que me faltaba, y lo descubrí hasta que Lucas se sentó a mi lado y comenzó a tocar conmigo, cada nota que el tocaba armonizaba con cada una que yo tocaba. El me faltaba. ¿Para qué negarlo? ¿Para qué hacerme la tonta? No servía de nada.

-Hermoso.- dijo ya que termino la canción. Solo sonreí y asentí.

-¿Qué canción tocaremos? ¿O la inventaremos?- pregunté sopesando las posibilidades. Ambas me gustaban, aunque realmente no sabía cual era mejor.

-Una que ya exista.- dijo el sonriendo. Su sonrisa me contagiaba y hacía que olvidara cualquiera de mis problemas.

-Claro, ¿pero cuál?- pregunté. Existen miles de millones de canciones y debíamos encontrar una que nos gustara a ambos y nos saliera bien.

-No sé. Tu decide.- dijo despreocupadamente.- La que tu escojas está bien.
Me puse a pensar en cuál y encontré la perfecta. “He Could be the One” de Miley Cyrus.

-He Could Be the One, de Miley Cyrus. Pero se canta con guitarra.- dije sonriendo maliciosamente. Se levantó y señalé un pequeño armario junto a la puerta. La abrió y sacó una lustrosa guitarra negra de ahí. Una que tampoco tocaba por la misma razón del piano. Se sentó nuevamente junto a mí y comenzó a tocar perfectamente la canción. Lo miré atónita y comenzó a reír.

-Ahora cántala.- dijo feliz. Miré a los lados y negué con la cabeza. -¿Por qué?
Yo no cantaba. No hacía 3 años. No tocaba ningún instrumento ni cantaba desde lo de mi hermano.

-Por la misma razón que no toco el piano ni la guitarra hace 3 años.- dije con voz ronca por haber llorado.

-Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. ¡Por favor!- pedía una y otra vez durante un buen rato. Después de unos 20 minutos de oírlo decir “Por favor” y verlo arrodillarse, me rendí y comenzó a tocar la guitarra y yo a cantar.

Canté. Toda la canción Lucas me hizo reír y yo al el con las caras que hacíamos.
-¡Cantas hermoso!- dijo eufórico.- ¡Con una voz así tendremos 10!

-Gracias.- dije apenada. Se acostó en mi cama y me hizo recostarme también. Platicamos, reímos y jugamos toda la tarde, hasta que anocheció y tuvo que despedirse.

-Adiós...- dijo acercándose para besar mi mejilla. Besé la suya y nos dimos un rápido abrazo.

-Espera.- dije tomando su mano para que no se marchara. Me miró a los ojos y casi olvidaba lo que le iba a decir.- Lo de la fiesta…

-No quiero volver a empezar con eso.- dijo serio. Me encogí de hombros y sonreí.

-No iré.- dije mirando a otro lado. Era mentira, pero no lo quería preocupar. Su rostro se iluminó y me abrazó con una felicidad y alivio que nunca le había visto. Se acercó a mí y encerró mis manos en las suyas a la altura de su pecho. Me miró con una ternura con la que nadie me había visto.

-Dest, gracias. Es muy importante para mí que entiendas que lo hago por tu bien.- dijo el. Me quedé embobada viendo lo tierno que era y sintiéndome la peor persona del mundo por haberle mentido, ya que el confiaba en mí y lo único que quería era protegerme aunque no entendiera cual era el peligro de una simple fiesta. Acarició mi mejilla con una mano mientras con la otra aún sostenía las mías. Dio media vuelta y se fue, dejándome con la duda de que haría o como se sentiría si supiera que le mentí…





Un agardecimiento a mi amiga Yaritza, que leyo el cap antes que nadie y me ayudo a escribirlo!!! =)
Graciias tonta x tu apoyo!!
Gracias a todas x leer el blogg:P

viernes, 19 de febrero de 2010

12.1 Comida

El timbre sonó y me dirigí a la clase de artes. Me senté en mi silla y Lucas ya estaba en su lugar, junto al mío. Lo observé unos instantes pero hizo como qe no estaba ahí. Toda la clase me la pasé moviendo las manos nerviosas, sin saber que hacer, Camila me dirigía miradas de “¿Qué le pasa?”, pero solo me encogía de hombros y suspiraba, sin saber yo realmente cual era la respuesta.

-Y el proyecto de esta semana será, que por parejas, como ya están acomodados, canten una canción si desean que sea de su invención, está bien, pero puede ser una que ya exista.- dijo la profesora Greene muy animada. –El proyecto se entregará el viernes, así que les recomiendo que empiecen hoy. Por cierto, la canción debe ser cantada sin pista, ustedes deben tocar un instrumento y cantarla.

Todos se miraron fastidiados, con cara de que no era algo que los animara mucho. Cada quién aprovechó el momento para ponerse a conversar con su pareja de temas distintos al del trabajo.

-Si no se ponen a trabajar, no les llamaré la atención,- dijo la profesora con voz despreocupada.- solamente no se quejen de su calificación.

-Y… ¿De qué será nuestra canción?- pregunté dirigiéndome a Lucas nerviosa. Se movió para encararme y sus facciones se suavizaron cuando me vio a los ojos.

-No sé.- respondió.- Dest, perdón.

-¿P…Por qué?- pregunté confundida, sus ojos verdes estudiando mi rostro, cada centímetro de el; desde mis ojos hasta mi boca.

-No me debí haber molestado así. Pero, es que no quiero que te pase nada, Dest.- dijo mirando al suelo. Tomé su mano entre las mías y lo hice qe me mirara a los ojos.

-No me va a pasar nada. Ya estoy algo grandecita para que me cuiden, ¿No crees?- dije sonriendo, pero eso no lo animó.

-Destiny, ¿crees que podrías evitar ir?- preguntó con un brillo en los ojos. Negué con la cabeza y puso expresión pensativa.- Hago, digo y te llevo a donde me pidas.

-Lucas, enserio, le prometí a Jake que iría con el… Por favor no te pongas así, hazlo por mí.- dije tiernamente. Comenzó a jugar con nuestros dedos y yo intentaba ganarle, frustrándome más cada que me ganaba. Ambos nos olvidamos del tema un rato hasta qe la profesora se acercó a nosotros y nos “Sugirió” que empezáramos.

Una imagen apareció en mi mente. Damen y Ever me decían que hoy irían de nuevo a Nashville y yo me tendría que quedar en casa. Casi como respuesta a esa imagen, mi celular comenzó a vibrar en el bolsillo de mi chamarra y había un mensaje de Damen diciendo: “Iremos a Nashville. Perdón por no avisarte. Te debo una. Besos. Damen y Ev.”

-Creo que deberíamos juntarnos en un lugar.- dijo Lucas casi respondiendo a mis pensamientos.- ¿Donde quisieras que fuera?

Me quedé pensando en algunas posibilidades, hasta que en mi cabeza se prendió un pequeño foco recodándome que hoy tendría la casa para mi sola. Me ruboricé al pensar en estar yo sola en mi casa con Lucas y lo que Damen y Ever pensarían.

-Ehhh… ¿Qué te parecería hoy en mi casa?- dije apenada. Esperaba que no lo malinterpretara.- Tal vez saliendo de clases. O en la tarde, como gustes. Ahí tengo un piano y una guitarra.

-Esta bien, saliendo de clases te sigo a tu casa.-respondió sonriendo. Al parecer feliz de que yo haya propuesto ir a mi casa…




Abrí la gran puerta de madera de la casa con Lucas a mi espalda. La mano me temblaba y no lograba insertar la llave en el orificio de la puerta. Vi la mesa de cristal romana que mis padres habían traído en uno de sus viajes, el florero chino con decoraciones de oro que Ever le había regalado a mi madre, lleno de rosas y tulipanes y algunas fresias y orquídeas. Las escaleras a la izquierda y los cuadros que mis padres fueron comprando a lo largo de sus 5 siglos de vida. Los ventanales que estaban frente a nosotros daban vista al patio y al espeso bosque. Las puertas, a la derecha y a la izquierda, estaban decoradas con palmeras a los lados. Y el candelabro de cristales que colgaba sobre el techo brillaba más que de costumbre.

-Esta es mi casa.- dije señalando la estancia con la mano. Miró a los lados y sonrió.

-Muy bonita. Supongo que todo se parece a su dueño.- dijo con una de sus hermosas sonrisas.

-¿Qué tal si dejamos las mochilas y vamos a comer algo?- pregunté tratando de romper el silencio que había. Extrañamente, ese silencio no era incómodo, como el que se producía con gente que no conocía o acababa de conocer; eso solo me pasaba con personas que quería mucho… Tal vez fuera eso.

-Por supuesto. ¿Y qué comeremos?- preguntó divertido.

-Ehh… este… ¿Sabes cocinar?- pregunté apenada. No es que no supiera cocinar, por que si se, el problema es que si me distraigo, la comida se me quema, y con Lucas aquí, era más que seguro que eso iba a pasar. Aparte, si, me encanta cocinar, el problema es a la hora de lavar, odio eso, por eso Ever prefiere “Preparar” la comida. - No es que no sepa, sino que se me quema, y me distraigo mucho, así que, amenos que te guste, la comida quemada…- Rió, su risa tan calmada y despreocupada repiqueteaba en el aire. Definitivamente ese era mi sonido favorito. Su risa.

-Creo que tendremos que ver que cocinamos.- dijo tomándome de la mano mientras lo dirigía a la cocina.

Caminé a la cocina y tiré mi mochila al piso. Lucas hizo lo mismo. Me acerqué a una de las alacenas y comencé a buscar pasta, salsa, orégano, sal y todo lo que se ocupa para preparar spaghetti. Puse una olla al fuego con agua y esperé a que hirviera.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó desde la mesita que estaba dentro de la cocina.

-No, gracias.- dije cuidando que el agua no se me quemara.- Olvidé preguntarte, ¿te gusta el spaghetti?

-Por supuesto.- respondió levantándose y poniéndose a mi lado. –Dime que hacer.

-Déjame preparar nuestra comida, Lucas.- dije riendo. Comenzó a hacerme cosquillas y aventé toda la harina que había sacado para buscar más salsa. La harina parecía neblina dentro de la casa y teníamos el rostro blanco, completamente blanco. No pudimos evitar reír pero me seguía haciendo cosquillas mientras trataba de alejarme. El agua de la olla comenzó a tirarse y si no la quitaba rápido del fuego, comeríamos engrudo con salsa.

-¡Lucas! ¡El agua!- grité entre risas. Besó mi frente y me soltó. Se fue a sentar a la mesa y me dirigió una mirada de “Si, mami” a la cual solo sonreí.

Por suerte, la pasta quedó bien y pude prepara el spaghetti bien. Lo serví en dos platos y los puse en la mesa. Me senté frente a Lucas y comenzamos a bromear sobre los profesores y la escuela. Me contó unas cosas nuevas sobre el, como qué sabía tocar algunos instrumentos, que para mí suerte fueron el piano y la guitarra. Yo le conté sobre mis miedos a la oscuridad y a la gente nueva.

-No pareciste temernos a mí, Camilla, Jake o Shane.- dijo riendo.- Menos a Megan, Blair y so grupito de “Somos los reyes de Wake forest.”

-Es que tú, Jake, Cam y Shane son buenas personas. Se que nunca harían nada para lastimarme o lastimar a alguien.- dije. Su mirada se tornó seria y sus manos se hicieron puños.- y Megan y su grupito, es simple, los y las odie desde el primer día. Y no temes a lo que odias.

-Tienes razón.- respondió. Por alguna razón, sentí que algo de lo que dije lo puso a pensar, pero cuando se dio cuenta de mi preocupación, me sonrió y seguimos platicando. Terminamos de comer y levanté los platos de la mesa, para llevarlos al fregadero.

Después de dejar los platos, me recargué en la barra y Lucas se acercó a mí con paso nervioso. Puso sus manos en mi cintura, sin dejarme ir. A la distancia que estábamos, podía sentir su calor. Se acercó más, hasta que nuestros cuerpos estuvieron completamente juntos. Dejé de oír todo, solamente podía pensar en lo cerca que estaba de mí. Se acercó más y nuestros rostros quedaron separados solo por unos cuantos centímetros…








Chicas, creo qe me entendieron mal..

Claro qe no dejare de publicar!
gracias x los comments!:$

Como dije, el cambio de nombres, es x cuestiones personales..
y ya lo hice, asi qe todo vuelve a la normalidad..=]
Destiny seguira siendo la misma, y publicare lo antes posible, solo denme chance de pensar en como seguirlee
me encantan sus opiniones sobre la historia, son las qe me dan animos para seguir!
GRACIAS A TOD@S!! =D

miércoles, 17 de febrero de 2010

11.1 Pensé que me habías oído

-Si iré.- dije fríamente. Lucas se estremeció y me miró sorprendido, nunca le había hablado así.- ¿Por qué no habría de hacerlo?

-Por favor…- suplicó. Esta no era la táctica que había usado antes, se veía desesperado.- Te lo ruego si es lo que quieres.

-N… No quiero eso.- respondí haciendo mi mayor esfuerzo por mantener mi boca cerrada.

-Entonces por favor no vayas.- dijo. Tomó mi mano entre las suyas y sentí su cálido roce contra mi piel mientras acariciaba mi mano con su dedo pulgar. Mis mejillas se encendieron y alejé mi mano y mi mirada de él.

La clase de ciencias habló sobre la energía y la materia. Solo oía entre sueños a la profesora. Pensaba en que había pasado la noche anterior, en lo que había visto, y no tenía ningún sentido. Debí de haberlo imaginado por el enojo que tenía en esos momentos. No le dije nada a Damen o Ever por que no quería asustarlos o que me dijeran loca…

-¿Y que opina, señorita Boudelair?- me dijo la profesora interrumpiendo el hilo de mis pensamientos. Abrí la boca para contestar pero como no estaba poniendo atención, no sabía de qué hablaba.

-Es energía.- dijo la voz de la profesora. El problema era que no había movido sus labios para nada.

-¿Energía?- dije repitiendo lo que oí. Me dirigió una mirada desaprobatoria pero meció la cabeza y no le quedó más que dejarme y seguir con su clase pues le había respondido bien.

-¿Oíste eso?- le pregunté a Lucas. Giró su cabeza y me sentí mal por hablarle solo cuando ocupaba algo. Siempre me veía con esa mirada que me derretía por dentro.

-¿Qué cosa?- preguntó. Me miró y movió su cabeza de lado a lado como hacen los cachorros cuando están confundidos. Reí entre dientes y el me sonrió.

-La profesora dijo la respuesta, ¿No?- dije avergonzada.- Se que suena loco, pero juro que la oí, y lo raro es qe no vi que moviera los labios. Sabes que, no me hagas caso, me estoy volviendo loca.

-No estas loca, estas hermosa.- dijo mirando a otra parte. Sus mejillas también estaban rojas y se veía encantador.

-Gracias.- dije. Se giró hacía mi nuestras miradas se conectaron unos instantes, haciéndome olvidar todo lo que había a nuestro alrededor.

El resto de la clase nos la pasamos hablando y riendo. La profesora nos reprendió un par de veces, pero no nos importó. Cuando terminó la clase, salimos riendo del salón.

-¿Vamos al campo a sentarnos en el pasto? Tú y yo, si no te molesta.- dijo apenado. Sonreí y asentí. Caminamos entre el gentío con las miradas curiosas de todos sobre nosotros. Cruzamos el campo y llegamos a una zona que tenía un viejo y gran roble que daba una gran sombra al lugar, nos sentamos debajo del árbol y comenzamos a platicar. La gente nos veía curiosa pero intentábamos ignorarlos.

Comenzamos a hacernos preguntas sobre nuestras vidas, gustos, amigos, nuestras penas y cosas así. Reímos cuando le conté de la vez que me quedé atrapada en los juegos de McDonald’s cuando tenía 8 años y Ever tuvo que subir por mi.

-¿Cómo sería tu chico ideal?- preguntó después de un rato. Lo miré sorprendida y sonrió con malicia.

-Este… yo creo qe…- “Como tú”, pensé.- Leal, lindo, atento, cariñoso, divertido… ¡Creo que un perro!

Comencé a reír como loca y Lucas se hizo el ofendido. Se cruzó de brazos y se giró. No podía contener la risa aun con las miradas de de "Es-un-bicho-raro" de todo los que nos veían.

-Lucas…- lo llamé. La risa que se escapaba no parecía ayudar mucho.- Lucas… Lucas… Por favor… Perdón… Era broma…

-¿Un perro?- preguntó sonriendo.- Tengo cara de Pastor alemán, french poodle, labrador, ¿o de qué?

-De nada.- respondí sonriendo tratando de disculparme.- Mi chico ideal sería… lindo, atento, cariñoso, divertido, responsable, sincero, honesto, solidario, amoroso, que se preocupe por mi, me respete, me cuide, se preocupe por mi, me deje cuidarlo, que no me aleje…

-¿Entonces debo intentar ser todo eso?- preguntó riendo. Abrí los ojos como platos y me quedé pensando.

-Y tú, ¿ya encontraste a tu chica ideal?- pregunté. Una parte de mi realmente no quería saber la respuesta, pero otra si, se moría de ganas.

-Si, afortunadamente ya la encontré.- dijo tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos. Le di un ligero apretón y me sonrió cálidamente.

-¡Hola!- gritó Jake a lo lejos, acercándose con Shane y Camilla. Se acercaron sonriendo y saludando con las manos. Se detuvo frente a nosotros y Lucas y Jake se intercambiaron una mirada asesina. Jake miró muestras manos y las soltamos rápidamente.

-¿Me acompañarás a la fiesta?- preguntó ignorando a Lucas. Camilla y Shane eran ajenos a la discusión, pues estaban concentrados intercambiando una mirada tan dulce que no notaban nada más.

-No irá, Adams.-Le respondió Lucas apretando la mandíbula. Tomé su mano otra ve y pareció tranquilizarse. Ya no estaba molesta con el, era una buena persona, divertido e interesante, y eso era un punto más a su favor. De una forma, el hacía que me olvidara de mis preocupaciones y enojos.

-No te hablo a ti, Russo. La invité a ella.- dijo Jake a la defensiva. Se levantaron y se acercaron. Me puse entre ellos y puse mis manos en sus pechos para alejarlos, las puntas de mis dedos tocando a cada uno de ellos.

-Ya cálmense los dos.- les dije. Me miraron de reojo y siguieron matándose con las puras miradas.

-Ella no irá contigo a esa fiesta, Adams.- dijo muy seguro Lucas. Deje caer mis manos a mis costados y mordí mi labio inferior.

-Emm…Lucas… se lo prometí.- dije. Me miró con los ojos como platos y se alejó de mí.

-Pensé que me habías oído.- dijo molesto, se dio la vuelta y comenzó a caminar lejos de nosotros.

Traté de seguirlo, pero Jake tomó mi muñeca y me impidió avanzar.

-Déjalo ir. No tienes que hacerle caso.- dijo Jake muy calmado. Solté mi mano de la suya y lo fulminé con la mirada antes de seguir a Lucas.

-¡Lucas! ¿Por qué te molesta tanto que vaya?- pregunté. Tuve que correr para alcanzarlo, pero el no se detenía.

-Ya te dije que es peligroso.- respondió sin mirarme.

-Entonces… ven conmigo.- dije. Me miró sorprendido y negó con la cabeza.

-No iré. Y no hay nada que me haga cambiar de opinión.- respondió tomando mi mano. Su mirada era triste y preocupada.

-Por favor…- imité su tono de en la mañana. Me miró con ternura, pero volvió a negar. Soltó mi mano y fue como si me hubiera congelado, como si mi sol me hubiese dejado. Comenzó a caminar a los salones y me quedé parada, contando cada uno de sus pasos.- ¡Lucas! ¡No seas tan ridículo!

Pero solo hizo un movimiento con la mano para que callara, mientras lo veía avanzar y me quedaba plantada en el suelo…

martes, 16 de febrero de 2010

10.1 No vayas

Me senté en la cama, pensando en lo que me estaba pasando, y me quedé pensando en que hubo alguien en mi cuarto, entre mis cosas y no presté atención a eso. “Saltó por la ventana”, pensé. Me puse de pie y caminé a la ventana pensando que la altura de la ventana sería suficiente como para dejarlo inconciente.

Moví las cortinas y una pálida luz entró por la ventana. El cielo estaba oscuro y las estrellas brillaban como pequeños diamantes en la oscuridad. Me quedé un rato viendo el cielo hasta que el crujir de las ramas del tan cercano bosque me recordó mi objetivo.

Miré abajo y no había nada. Retrocedí unos pasos y choqué con alguien. Grité de miedo y cerré los ojos.

-Destiny, cálmate.- dijo tranquilamente Damen.-Perdón por asustarte.

Me abrazó y recargué mi cabeza en su pecho, sintiendo mis latidos tan fuertes que era como si mi corazón estuviese a punto de abrirse paso entre mis costillas.

-¿Estás bien?- me preguntó. Tomó mi mano y me dio un ligero apretón. Suspiré y me abrazó con más fuerza. De pronto recordé como abrazaba a mi hermano; cuando me abrazaba si tenía miedo, cuando me llevaba por un helado, cuando me acompañaba al parque, cuanto tenía pesadillas y me cantaba hasta que me dormía; cada que reíamos juntos, nos enojábamos, la forma en la que me prometía que todo iba a estar bien… Como había perdido a la persona que más amaba en todo el mundo.

En estos tres años que había estado sin el, no había logrado olvidarlo, el dolor de haberlo perdido seguía en mi pecho, creciendo más y más, me desesperaba, nunca dejas de extrañar a alguien, solamente, aprendes a vivir sin esa persona, por más doloroso que sea.

Sin darme cuenta, ya había mojado la camiseta de Damen con mis lagrimas, pero no me había dicho nada.

-Damen… lo extraño tanto…- dije con voz apenas audible.

-Lo sé…- se limitó a decir. Damen y Trevor siempre habían sido amigos, habían tenido una muy buena relación. Damen siempre estaba para nosotros, a mí siempre me había cuidado como a su hermana menor. Me encerraba tanto en mi dolor, que olvidaba que Damen había perdido un amigo, Ever un primo, mis padres un hijo…

-Gracias por todo.- dije con lágrimas en las mejillas. Me miró extrañado y continué.- Damen, siempre me has cuidado, has estado conmigo, me apoyas, me gustaría llamarte amigo, pero no puedo. Eres mi hermano mayor. Y no se como, pero cuando estoy apunto de caerme, encuentro en ti la fuerza para levantarme y seguir con la cabeza en alto. Y eso es algo que nada ni nadie puede remplazar.

-Gracias, Dest.- dijo el sonriendo.- Tu también eres mi hermanita. Y quiero que sepas que no planeo remplazar a Trevor, simplemente no puedo, pero ten en mente que estoy contigo en todo. Pase lo que pase.

-Damen, eres grandioso.- le dije con una débil sonrisa en los labios.- Me ves derrumbándome, rindiéndome, llena de tristeza y rencor, y aún así me quieres. Me ves llorando, débil y sin aún así te quedas conmigo. No se por que será que me quieres tanto, pero espero que nunca se vaya.

-No hay nada que agradecer, Desty. Para eso estoy contigo.- Me sonrió y empezamos a platicar de nuestras vidas, recuerdos, planes, inventamos historias y chistes. Reímos como hacia mucho tiempo no hacíamos, hasta que me quedé dormida.



Me desperté de golpe, alguien estaba en mi habitación. Era como si hubiera habido un cambio en la atmósfera. Algo malvado.

-¿Quién está ahí?- pregunté con voz ronca, pero no obtuve respuesta. Me cubrí toda con la cobija y cerré los ojos, tratando de no pensar en eso. Un escalofrió me recorrió cuando recordé la sombra que había visto esa tarde aquí mismo, en mi cama.

El celular sonó asiéndome olvidar de mi miedo. Miré el identificador, pero no reconocía el número; era privado.

-Ehhh… ¿Bueno?- pregunté.

-¿Dest?- dijo una voz que reconocería en cualquier parte.- Soy Lucas. Por favor, no me cuelgues, déjame explicarte.

-¿Explicarme qué?- dije cortante.- No somos nada. No me debes ninguna explicación. Aparte es tarde y mañana hay escuela.

-Claro que te debo una explicación. No fui con Megan. Me la encontré cuando fui por un balón. El beso no fue nada. No significó nada para mí.- dijo desesperado.

-¿Ah no?- pregunté, pero solo suspiró y guardó silencio.- Explícale eso a la tonta que te creyó. Nos vemos mañana.

Colgué y apagué el teléfono, para evitar que me llamara….




Me volví a quedar dormida, y soñé con Trevor mientras íbamos a caballo como cuando fuimos hace mucho al rancho de papá. Entonces, sentí que alguien tocó mi frente. Se sinti[o muy bien, tranquilizante, dulce, cariñoso. Abrí los ojos y vi a Lucas junto a mí. Fue entonces cuando supe que estaba soñando….




-¿Irás a la fiesta?- preguntó Jake con una sonrisa en los labios mientras caminábamos a nuestros salones. Era martes y todavía faltaban todavía 3 días para el viernes, así que no le había preguntado nada a Damen y Ever.

-Si.- dije fingiendo una sonrisa. Llegamos a mí salón y nos despedimos con una sonrisa y un movimiento de mano. Jake me hacía sentir bien. Su amistad era una de las mejores cosas de este colegio.

Me acerqué a mi lugar y me dejé caer en la silla. Saqué mi libreta y comencé a hacer garabatos en ella. Lucas se sentó y tomó mi mano. Giré levemente el rostro con mirada indiferente y volví a mis garabatos.

-Si tan solo me escuchara entendería lo mucho que me importa.- le oí decir, pero la voz se oyó un poco… como ahogada.

-Si te importara no andarías de conquista en conquista.- le respondí indiferente.

-¿Qué? ¿Cuándo te dije o pregunté algo, Dest?- preguntó sorprendido.

-No te hagas el gracioso. Acabas de decir: Si tan solo me escuchara y supiera lo mucho que me importa.- dije mientras me miraba con los ojos como platos.

-No dije nada.- respondió con la expresión sorprendida.

-Me dijo Jake que irás a la fiesta, Destiny.- dijo alegre Camilla.

-Claro. Me invitó y lo voy a acompañar.- le respondí sin mirar a Lucas.

-¿Irás a la fiesta de Raleigh?- intervino Lucas.

-No es tu asunto- dije mientras imitaba a Megan.

-Emm… creo que me voy.- dijo Camilla levantándose de su asiento.- Creo que necesitan hablar.

-Si lo es.- dijo con la mirada preocupada.- No vayas.

-¿Por qué no habría de ir? Voy con Jake, el me invitó.- le respondí antes de girarme. Me tomó de los hombros y me giró para que lo viera.

-Por favor.- dijo tiernamente. Al parecer sabía como usar su encanto.-Por mi.

Por poco logra barrer con mis defensas con esa mirada. Pero mi poca fuerza de voluntad me alcanzó para seguir con mi actitud.

-Dame una buena razón para no ir.- dije cruzándome de brazos.

-Es peligroso…- dijo con la mirada insistente. Me estremecí. Algo en su tono de voz y en su mirada me hizo sentir que hablaba en serio…

lunes, 15 de febrero de 2010

9.1 Te lo puedo explicar

Como un cazador que acecha su presa...

Me detuve conteniendo la respiración. Camilla y Belén me miraron extrañadas, con sus manos revoloteando frente a mí, demandando por mi atención.

-¿Dest? ¿Destiny?- me llamaba Camilla.- ¡Lucas!

Giré un poco la cabeza y vi como Lucas corría hacia mí, dejando a los demás llamándolo y gritando. Lucas se acercó a mí, haciendo que Belén y Camilla se tuvieran que mover.

-¿Qué pasa?- preguntó Lucas. Volví a mirar a donde había visto a mi “cazador” y no había nada.

-Estaba ahí…- dije con un hilo de voz. Todos dirigieron la mirada hacia la cerca, pero tampoco vieron nada. Me miraron extrañados un rato, hasta que la profesora comenzó a gritarnos.

-Reed, Black, Boudelair.- Nos llamó la profesora, la miramos atentas pensando que nos iba a regañar pero solo señaló la cancha de fútbol.- Díganles a las chicas que vayan a la cancha de fútbol. Jugarán un partido contra las chicas del grupo de Adams. Y tu Russo, dile a los chicos que jugaran un partido de basquetball contra el mismo grupo, solo que con los chicos.

Asentimos con la cabeza y nos dirigimos a llamar a las chicas mientras Lucas me miraba tiernamente al otro lado del campo. Ya que reunimos a todas, el partido de fútbol comenzó. Me alegré de que fuera eso y no otra cosa, ya que soy muy torpe para eso, y como solía decirle a Trevor: “Los balones me odian”. Era verdad, no podía jugar ningún deporte sin ser golpeada por un balón. Mi equipo iba ganando 3-1 y la euforia se sentía en el aire. Sin darme cuenta, noté que Megan no estaba en el partido, y por una parte me alegré, y por otra se me hizo extraño.

-¡Cuidado!- gritó una de las chicas del otro equipo, con sus cobrizos rizos cayéndole por el rostro mientras me advertía de la pelota. Pasó a mi lado exactamente cuando me moví, y ella me sonrió aliviada.

-¡Yo voy!- dije y las demás chicas me sonrieron agradecidas.

La pelota fue a dar detrás de los almacenes de la escuela. Nunca había estado tan cerca de entrar como ese día. Estaba vacío y solo estaban las herramientas de trabajo. Miré la pelota y me acerque a ella. La tomé y me di media vuelta, pues me esperaban para seguir jugando.

-¿Y que planeas hacer con ella?-oí la chillona voz de Megan.

-No es tu asunto.- respondió Lucas.

Me acerqué más a la esquina y contuve la respiración para evitar que me oyeran.

-Yo se que me quieres, Lucas.- dijo con voz coqueta ella. Sentí un dolor en mi pecho y me quedé inmóvil en mi lugar mientras cerraba fuertemente los ojos.

-¡Dest! ¡Apúrate!- gritó Belén.

-¿Destiny?- preguntó Lucas que ya estaba a mi lado. -¿Qué haces aquí?

-Nada, yo solo venía por la pelota… espera, ¿qué haces tú aquí?- dije devolviéndole la pregunta.

-Nada… Yo… estaba…- dijo el, antes de ser interrumpido.

-Viene conmigo. Y no es tu asunto, tontita.- respondió Megan, Lucas se giró para callarla, pero ella le tomó el cuello de la camisa y lo acercó a ella para besarlo.

Lucas la empujó y yo lancé la pelota a Megan, quién la esquivó fácilmente y rió de mi. Lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas mientras comenzaba a correr hacía los baños de las chicas, para esconderme y evitar darles el gusto de verme llorar.

-¡Dest!- gritó Lucas.- ¡Espera! ¡Te lo puedo explicar!

Me detuve en seco y el se aproximo a mi. Puso su mano sobre mi hombro y yo la quité de un fuerte manotazo. Sacudió su mano con mueca de dolor y me giré para dejarlo ahí.

-Te lo puedo explicar.- dijo tomándome de la mano para que no me fuera.

-No tienes nada que explicarme. Al cabo, no somos nada.- dije. Se quedó clavado al suelo mientras corría lejos de él, una parte de mí esperando que me siguiera y la otra que se quedara ahí…




-¿Qué pasa, Dest?- me preguntó Damen ya que llegué a casa. No había hablado ni tocado mi comida. Ever me abrazó sin decir nada y me sonrió mientras con la mirada me decía que todo estaba bien.

-Nada.- le respondí.

-No nos mientas.- dijo el. – Te conocemos muy bien como para saber que tienes algo.

Me encogí de hombros y una lágrima cayó por mi mejilla.

-Si quieres vete a tu cuarto.- dijo Ever contradiciendo a Damen.- Luego hablamos, ¿esta bien?

Asentí con la cabeza y oí como mi prima y Damen comenzaban a discutir sobre que me sucedía. Ninguna de sus posibilidades se acercaba a lo que había pasado y creo que era mejor así.

Subí las escaleras y entré a mi cuarto. Ahogué un grito al ver una figura sentada en mi cama. Cuando se percató de mi mirada corrió y saltó por la ventana. Me quedé callada sin decir nada, mientras me echaba a llorar, buscando una explicación para el hueco en mi pecho y para lo que acababa de ver…





Mariana, investigue un poco sobre el libro que leiste, y te lo encontre en internet.. espero te sirva=]
http://www.scribd.com/doc/13491841/Invocacion-Cronicas-Vampiricas-4-LJSmith

viernes, 12 de febrero de 2010

8.1 Invitacion

Mirándome fijamente mientras aclaraba mi garganta pensando en una explicación lógica para lo que había pasado…

-Simplemente oí que el auto se acercaba.- dije mirando a otro lado para que no me viera a los ojos, que siempre me delataban, sabiendo que era mentira y yo la peor mentirosa del mundo.

Lo miré por el rabillo del ojo y vi que me sonreía. Cada que el reía, no podía evitar sentirme feliz, como si su felicidad me contagiara.

-¿Qué?- pregunté ya que vi que seguía con la misma encantadora sonrisa de hace unos momentos.

-Me estas mintiendo.- dijo riendo.- Tus ojos.

-¿Qué hay de malo con mis ojos?- pregunté ofendida. El puso una mano en mi mejilla y me miró unos instantes.

-Son hermosos. Pero te delatan cuando mientes, Dest.- susurró, haciéndome sentir mareada, como si algo dentro de mí se estuviera derritiendo.

Me miró con ternura y cariño, mientras acariciaba mi mejilla. Yo me quedé paralizada, sintiendo el delicado rocé de su piel contra mi mejilla, dejando un rastro de calor por donde pasaba. Se acercó y besó mi mejilla para decir: - Es hora de irme, tus padres no se pondrán felices si llegan y estoy aquí.

-Mis padres están fuera de la ciudad.- tomé una almohada y me cubrí el rostro con ella, sintiéndome estúpida por haber dicho eso. Sonaba tan desesperada, y eso era pasarme de la raya. Sonrió complacido antes de acercarse y abrazarme, esta vez no volví a poner resistencia.

-Una pregunta.- dije tomando su muñeca para evitar que se marchara. El asintió con la cabeza y se sentó a mi lado. - ¿Por qué te quedaste conmigo, Lucas? Me refiero a mientras estuve desmayada. Me porté mal contigo, no debí haberte dicho que le creía a Craig…

-No te preocupes. Y me quedé por que no te quería dejar sola. No quería alejarme de ti hoy. Menos si estabas así. Era… Por si… Necesitabas algo.- dijo con las mejillas ruborizadas.

-Gracias. No me lo merecía. Pero gracias.- dije realmente agradecida.

-Te mereces eso y más. Te dejo mi número por cualquier cosa, ¿esta bien?- yo asentí con la cabeza y le di un pedazo de papel y un lápiz en los cuales escribió con letra perfectamente amoldada, una serie de números.

-No tienes por que preocuparte. Estaré bien.- pensé bien en lo que acababa de pasar cuando rozó mi mejilla y dudé sobre la verdad de mis palabras.

-No importa. Me puedes llamar a la hora que quieras.- dijo antes de salir por la puerta de mi habitación. Puse una mano donde había besado mi mejilla mientras una sonrisa se curvaba en mis labios y vi por la ventana como subía a su auto y se marchaba, preguntándome si estaba bien sentir esto por el…

Me quedé un rato viendo por la ventana el camino por donde Lucas se había ido mientras pequeñas gotas comenzaban a cubrir la ventana. El teléfono sonó y yo pegué un brinco del susto. Lo tomé y el identificador señalaba un número que yo ni siquiera conocía. Pero de todas formas contesté por pura curiosidad.

-Emm… ¿Bueno?- pregunté suavemente.

-¿Destiny? ¿Eres tu?- preguntó una voz masculina.- Hola, soy Jake.

-¿Jake? ¡Hola! –lo saludé alegremente. - ¿Se puede saber a que se debe el honor de tu llamada?

-Emm... si, supongo.- dijo el, mientras yo me imaginaba su rostro completamente rojo mientras hablaba.- Me preguntaba si tenías planes para el próximo fin de semana.

-Creo que no. – contesté nerviosamente. ¿Qué querrá pedirme?

-Es que habrá una fiesta en Raleigh y me preguntaba si querrías ir. Iríamos, tu, yo, Cam, Shane y todos los del grupo.- dijo el. Podía oír la sonrisa en su voz.

-Supongo que si mi prima y su novio me dan permiso… ¡Claro que te acompaño! –oí un suspiro desde la otra línea, como de alivio y no pude evitar sonreír.

-Bueno, supongo que te veo el lunes.- dijo el.

-Esta bien. Nos vemos.- dije, para colgar el teléfono pensando que pasaría en esa fiesta….



El fin de semana pasó normal. Ever y Damen me llevaron a comer y cenar sábado y domingo, ya que no tenían humor de cocinar. Fuimos al cine, y de compras, pero Ever se vuelve loca en las tiendas por lo que yo y Damen nos perdimos y fuimos por un helado, pero cuando volvimos, no nos habló durante 3 horas, enfurruñada por haberla dejado sola. Damen paso todo el día tratando de disculparse hasta que ella por cuenta propia se abalanzó sobre el para besarlo. Me imaginé como seria amar y ser amado así y suspiré con resignación, diciéndome que tal vez nunca encontraría un amor como el suyo.



El lunes al llegar a la escuela, el día estaba soleado, con el cálido sol abrazándome de una forma que me hacía sentir muy bien. La ligera brisa jugaba con las escasas hojas de los árboles ya color marrón, naranja y amarillo. Las nubes cubrían ligeramente el cielo que estaba de un celeste más que hermoso.

En la clase de educación física, que no resultó ser como Camilla dijo el primer día sino por grupos, nos separaron en dos equipos, uno de hombres y uno de mujeres, nos pusieron a caminar en la pista y me puse con Belén y Camilla. Iban parloteando sobre la dichosa fiesta, mientras yo miraba sobre mi hombro a Lucas, moverse tan grácilmente entre los chicos para meter gol en la portería.

-¿Y que opinas?- dijo Belén.

-¿Emm… de que?- dije apenada por no ponerles atención. Ambas voltearon y dirigieron su mirada a donde yo veía y sonrieron.

-¿Con que Russo, Huh?- dijo Camilla dándome un ligero codazo en el brazo.

-¡NO!- les dije esperando que me creyeran aunque tuvieran razón.

-¿Segura?-preguntó Belén son una sonrisa pícara en los labios. –No te culparía, es tan guapo, tan sexy, tan encantador…

Apreté la mandíbula fulminándola con la mirada mientras sus risas repiqueteaban como campanas en el aire.

-Relájate, Dest.- dijo Belén con la mirada divertida.- Solo estoy jugando. Yo tengo novio. Y lo amo con todo mi corazón.

-Si Dest, solo cuéntanos algo… ¿Te gusta, verdad?- preguntó Camilla con la mano sobre mi brazo.

Presioné mis labios y me encogí de hombros. Podía confiar en ellas. Sabía que podía confiar en ellas. Me detuve y ellas junto a mí, sonriendo para inspirarme valor. Entonces lo miré…

Estaba parado del otro lado de la cerca. Mirándome divertido. Como si me estuviera acechando. Una mirada que para nada se sentía inofensiva. Estudiando todos y cada uno de mis movimientos, sonriendo como alguien que esta cazando a su presa…

miércoles, 10 de febrero de 2010

7.1 Como lo hiciste?

Dejándome por primera vez en sus brazos...

Abrí los ojos lentamente, recobrando la noción de donde estaba. La esencia de Lucas me cubría, me embriagaba de una forma en la que no me hubiera molestado estar toda mi vida. Recordé como era el y me alejé bruscamente.

-¿Qué pasa?- preguntó con una nota de tristeza en la voz.

-Debo irme.- respondí para dirigirme a la salida de la escuela. Ya todos comenzaban a salir de la cafetería y de sus salones, con la felicidad y la euforia de terminar la semana. El mejor día de la semana: viernes.

Caminé rápidamente a mi auto, pero podía oír los pasos de Lucas a mi espalda, siguiéndome. Estaba segura que quería hablar conmigo, pero no se lo permitiría. Más tarde, en la noche, me arrepentiría de no haberlo escuchado, pero estaba molesta con todos, sobre todo con el, por hacerme sentir eso, sin dejarme con la posibilidad de una escapatoria. Me tomó del brazo y me hizo girarme hacia el, golpeándome contra su pecho, tan cerca que me quitó el aliento.

-¿Qué hice que te molestó tanto?- preguntó con la mirada triste.

El viento jugaba con mi cabello, enviándolo directamente a mi rostro, mientras yo lo mandaba detrás de mi oreja como podía. Un mechón rebelde de mi cabello se quedó en mi rostro, pero lo ignoré para seguir encarando a Lucas. Acercó su mano lentamente a mi rostro y quitó el mechón delicadamente de mi rostro. Bajé la mirada y mis mejillas ardieron. Levantó mi barbilla para que lo viera a los ojos.

-No he hecho nada, Destiny.- dijo buscando mi mirada.

-¿Te parece que no?- la verdad, no se que me había hecho; así que no tenía sentido enojarme con el, o al menos eso me decía una vocecita en mi cabeza.

-No.- respondió con un brillo en sus verdes hermosos ojos.

-¿Sabías que opino que Craig tenía razón? Es cierto, no sería ni la primera ni la última en tu lista de conquistas.- me miró con ojos incrédulos, mientras yo escondía la mirada.

-Dest… Yo… Nunca te haría eso.- dijo con voz baja, can la mirada pidiéndome que le creyera.

-¿Y Megan qué? Es tu novia, ¿no?- dije un poco molesta. Molesta conmigo misma por que no estaba enojada con el, sino conmigo misma por que sentía que mi estómago daba un vuelco cada que recordaba que eran novios.

-Megan no es mi novia.- dijo desconcertado. Hice ademán con la mano de que callara y me di media vuelta. Caminé a la mitad de la calle antes de que me volviera a detener.

De pronto, una imagen volvió pasar por mi mente. Empujé fuertemente a Lucas hacia la banqueta, donde caímos en el pasto, yo sobre el y vimos pasar un auto a toda velocidad escasos milésimos de segundo después de habernos movido.

-¿Cómo hiciste eso?- preguntó con los ojos como platos.- ¿Cómo supiste?

-Yo… Yo… No lo sé…- dije antes de caer inconciente sobre su pecho, más cansada que la primera vez que ese tipo de imágenes pasaron por mi mente…




Abrí los ojos. Estaba en mi cama, en mi cuarto. Intenté incorporarme, pero la cabeza me dolía mucho. Me tallé los ojos para aclarar mi vista, Y vi a Lucas dormido junto a mí. Dormido se veía muy tranquilo, muy tierno, muy hermoso.

-Dest…- dijo con un hilo de voz.

-¿Si?- pregunté. Pero no obtuve respuesta. Lo miré bien y seguía dormido. ¿Acababa de llamarme en sueños? Quería saber que hacía aquí, pero no quería despertarlo.

Después de un rato, abrió los ojos lentamente. Pegó un brinco y se calló de la cama. Comencé a reírme, pero me fulminó con la mirada.

-¿Qué pasó?- dije ya que pude controlar mi risa.

-Eso mismo te iba a preguntar.- comencé a pensar que hacía en mi habitación, acostado en mi cama junto a mi.- Te preguntarás por que estoy aquí, ¿Cierto?- asentí con la cabeza y siguió hablando.- Después de lo que paso con el auto, que gracias a ti no nos arroyó, te desmayaste. Pedí tu dirección en la oficina y me ofrecí a traerte. Toqué la puerta y nadie abrió, así que busqué en tu bolsa las llaves, abrí, te metí y te traje a tu cama.

-Eh… Gracias.- Traté de no pensar mal de el. El me cuida. Pensé con cierto regocijo.
-Ahora sí. Puedes explicarme que pasó, Dest, por que sinceramente, si me dices que no sabes como hiciste para saber que venía el auto y cuando movernos exactamente, no te voy a creer…- Dijo sentándose en la cama, mirándome fijamente mientras aclaraba mi garganta pensando en un explicación lógica para lo que había pasado…

martes, 9 de febrero de 2010

6.1 Malestar

Taylor se levantó de la mesa y caminó con paso arrogante hacia la puerta, riendo mientras todos los de la mesa se quedaron helados viéndolo avanzar, pero yo sentí un profundo alivio al no tener su mirada sobre mí…

El resto del día me la pase con mis nuevos amigos. Jake era muy agradable, Camilla y Shane ni se diga, y Lucas… Lucas era simplemente el. Un suspiro se me escapaba cada que lo recordaba.

Al llegar a casa, me sentí un poco triste, la melancolía se apodero de mi. Odiaba estar sola por que recordaba a mi hermano. Entré a la estancia y esa soledad me abrumó. De pronto, un mareo me quito el equilibrio. Me recargue en la puerta para no caerme. Tomé grandes bocanadas de aire hasta que pasó. Me senté en el piso sintiéndome muy cansada. Una imagen de Lucas conmigo a su lado apareció en mi mente de la nada, seguida de muchas otras de las personas de la escuela, y una que me aterrorizó fue una de Taylor frente a mí, con la mirada llena de diversión, mirándome, listo para saltar hacia mi.

Me dieron ganas de vomitar y corrí al baño. Oí que alguien abría la puerta principal.

-¿Destiny?- oí la dulce voz de Damen llamarme. No podía contestar pues estaba sentada inhalando y exhalando para quitarme el asco. Corrieron al baño y se sentaron a mis lados.

-¿Te sientes bien?- preguntó Ever preocupada.

-Si.- mentí, no les podía decir lo que me había sucedido, creerían que estaba loca.- Debió ser algo que comí, supongo.

Ambos torcieron la boca, como si no me creyeran, pero ninguno dijo nada. Damen me tomó en brazos y me llevó a mi cama, con Ever siguiéndonos sin quitarme la vista de encima.

Me arroparon y llevaron algo de cenar. Esas imágenes me dejaron muy cansada y pronto me quedé dormida, soñando toda la noche con mi hermano y con unas imágenes en mi mente que no logré comprender…



Las siguientes dos semanas tranquilamente en la escuela. Bueno, excepto por las miradas de odio de Megan, Mi creciente amistad con Jake, Camilla y Shane, mi creciente miedo a Taylor y mi penosa atracción por Lucas a pesar de odiar que sea un mujeriego.

-¿Crees en damphirs, Destiny? – preguntó Taylor un día en la cafetería. Con la misma mirada del primer día de todos sobre el.

-¿Qué son damphirs?- pregunté. Tal vez esa era la oportunidad de averiguar que era, después de dos semanas de estar con la duda de que era.

-¡Ni te atrevas!- gritaron Lucas y Craig molestos.

-Vampiros hermosa, vampiros…- respondió el, para igual que la última vez, salir despreocupadamente de la sala.

Los pelos se me pusieron de punta y me estremecí. Lucas puso su mano sobre mi hombro y me miró preocupado.

-No…- dije con un hilo de voz. Todos me miraron sorprendidos esperando que dijera algo más.

-Dest, Damphir significa vampiro, pero no se refería a eso…-dijo Camilla nerviosa.- Damphir es… es… un club nocturno en Raleigh.

-¡Más te vale que no digas nada, nuevita!- gritó Craig con su rizado cabello cubriéndole ligeramente los ojos, con su cara roja del coraje.

-¡No le grites así!- me defendió Lucas.- ¡No tendría por que hacerlo!

-¿A no?- preguntó Craig sarcásticamente.- ¡De seguro irá con sus amigos y les contará todo!

Todos en la sala se habían quedado callados observando la discusión. Lucas se levantó con las manos en puños, tratando de defenderme. Miré a Jake y este miraba la escena incrédulo, indeciso de que hacer o decir.

-¡Cállate, idiota, no tiene por que hacerlo!- respondió Lucas acercándose a el.

-Es más Russo, ¿Si tanto te gusta por que no te la llevas a otra parte a usarla como otra de tus conquistas? No sería ni la primera ni la última. Sería como la 300. Se nota a kilómetros que estas loco por ella y ella por ti.- dijo Craig, todos en la sala se nos quedaron viendo y estallaron en risas y burlas.
Me levanté rápidamente de la mesa y con el dolor en mi pecho y el ardor de mis ojos, salí al pasillo, corriendo a mi casillero, ignorando las burlas que dejaba atrás.

¿Por qué me dolía tanto? Lo que me dolía no eran las burlas, si no que yo sabía que Craig tenía razón. No sería ni la primera ni la última en la lista de tontas que le creyeron a Lucas Russo. Ya sabía lo que me esperaba cuando lo conocí, pero estas últimas dos semanas, esperanza fue creciendo dentro de mi por la forma que me veía, me hablaba, se me acercaba…

Abrí la puerta de mi casillero con las manos en puños y mordiendo mi labio inferior, conteniendo las lágrimas. Diciéndome que debía ser fuerte y que era lo menos que podía esperar.

-Hey, ¿estas bien?- oí una suave voz a mi espalda. Era Lucas.

-Vete.- le dije con voz temblorosa. No quería verlo, por lo que no me di la vuelta.

Me tomó de los hombros y me giró a encararlo. No se por qué, pero al verlo, no pude contenerme y comencé a llorar a lágrima viva. Extendió sus brazos y me acerqué, me abrazó firme pero tiernamente, llenándome de una sensación que no pude describir, haciéndome olvidar que había pasado, por que lloraba, donde estábamos. El mundo había desaparecido bajo mis pies, dejándonos solo a los dos. Me sentía segura, querida y protegida en sus brazos.

-No le hagas caso.- dijo finalmente. – Tu eres mejor que el como para creerle, ¿Lo sabes, verdad?

No pude responder, me deje envolver por su esencia y la tranquilidad que emanaba, tan cálido y tierno que por primera vez, olvidé todo y a todos, dejando ese innegable sentimiento que sentía por el apoderarse de mi, dejándome en sus brazos por primera vez…




Mariana!!! espero que ahora si me entiendas;)
perdon por tardarme =$

lunes, 8 de febrero de 2010

5.1 Perfecta

POV Lucas


-Lucas!- oí las voces chillonas de Blair y Megan detrás mió. Entorné los ojos y suspiré pesadamente. “Recuerda por que estas aquí este año”, me dije a mi mismo, tratando de convencerme de que ya que tuviera lo que quería, tener que aguantarlas habría valido la pena.

El chico Boudelair, se inscribiría a esta escuela este año. Mi propósito era quitarle todos sus poderes, para después quitárselos a sus padres, y a Ever y Damen. Recordé a mi mejor amiga, Ever, y lo mucho que la lastimaría, por lo que me había propuesto no lastimarla; mejor dicho, no lastimaría a ninguno, solo se quedarían sin sus poderes.

-Mega, Blair, un placer volver a verlas este año.- dije fingiendo una sonrisa. El rostro de Megan se iluminó y me burlé en mis adentros.

-Es una lástima que ame tanto a mi novio…- dijo Megan.- Si no quisiera tanto a Andrew, lo dejaría por ti.

-Igual yo, es una lástima que esté tan enamorada de Craig.- dijo Blair con una sonrisa en los labios.

El timbre sonó fuertemente, pero les pasé los brazos por los hombros y recargaron sus cabezas en mí. Nos dirigimos a la clase del profesor Williams sin preocuparnos en llevar tarde o temprano. Entramos al salón riendo y gritando, más ellas que yo.

-Gracias por acompañarnos, señor Russo, señorita Hill y señorita James.- dijo el viejo hombre molesto.- Señoritas Hill y James, háganme el favor de sentarse en la mesa que esta junto a la puerta.- Megan y Blair ahogaron un grito de coraje y maldijeron al viejo en voz baja, mientras se dirigían a sus asientos. - Señor Russo, usted siéntese con la señorita Boudelair. Para la información de todos, ese será su lugar todo el año.

Me acerqué al único lugar vació del aula mirando al suelo, gesticulando palabras esperando que la experiencia del viejo le diera a entender todas las maldiciones que le dirigía. Solo pensaba que este año sería el inmortal más fuerte de todos. Alejé la silla del escritorio y me dejé caer. Un gruñido se formó en mi garganta. Una chica al lado mió suspiró sacándome de mis pensamientos.

La miré, la miré de verdad. Sus ojos verdes, hicieron que me perdiera, como si fueran un profundo bosque en el cual no había salida. Su cabello color chocolate caía por sus delicados hombros y su espalda tímidamente. Ella era hermosa y perfecta. No podía apartar la vista de ella, no quería, era como si mi vida dependiera de verla. Olvidé por completo quién era, mis planes, que quería ser o hacer.

-Lucas Russo.- dije torpemente con la voz más dulce que pude.

-Destiny Boudelair.- respondió ella con la mirada tímida. Espera, ¿Boudelair? Tomé su muñeca rápidamente y la giré, buscando el símbolo de vida eterna. Camilla y Shane voltearon a verme nerviosos.

-No es, Lucas.- dijo seria Camilla, queriendo evitar dar más detalles. La miré confundido.

-Pero… Ella es una…- tartamudeé. Bianca enarcó una ceja, parecía confundida.

-Lucas,- pensó Camilla que había puesto su mano sobre la mía, aprovechando mi talento para oír los pensamientos - ella no sabe nada de eso. Es una simple humana. Probablemente solo sepa que su familia es inmortal. Pero ella no lo es. Evita mencionarle algo, la asustarás.

oir los pensamientos a mi antojo era divertiddo, mas si tus amigos lo saben.

-¿Soy una qué?- preguntó enfurruñada, se veía tan hermosa. Los tres nos miramos nerviosos, buscando una explicación para no asustarla. El viejo profesor nos reprendió por hablar y sentí un gran alivio. Tendría las próximas dos horas para pensar en algo que responderle.



Pasé dos horas mirándola sobre mi hombro. Me di cuenta, que no podría hacer nada contra su familia. La lastimaría y eso era lo que menos quería. Nunca haría nada para lastimarla. No permitiría que nada la hiriera. El timbre sonó y ella guardó sus cosas en su bolso, después se encaminó a la puerta, caminando nerviosa. Me acerqué a ella y la tomé ligeramente del brazo, su aroma a fresias y rosas me golpeó fuertemente. Mía.

-Perdón por no explicarte hace rato.- dije dándole una sonrisa tímida, algo que nunca me había pasado. Con ella me sentía nervioso, tímido, algo que nunca había sentido con una chica. -Lo que iba a decir es que eres muy bonita.

-Gracias…- dijo mirando al suelo. El rubor cubriendo sus mejillas. La sangre en su rostros, tan cálida, tan dulce, tan… Me obligué a dejar de pensar en ello.

-¡Lucas!- gritó una aguda vocecilla. Los dos nos giramos a Megan corriendo hacia nosotros, interrumpiendo el perfecto momento. Se lanzó a mi cuello y me abrazó.

-Megan…- dije, escupiendo el nombre. Eso lo había hecho adrede.

-Mi amor, vamos a comer, Camilla, Shane, Jake, Taylor, Andrew, Blair y Craig nos esperan. – dijo sonriendo. Volteó y vio a Destiny, la examinó con la mirada, pero noté cierto brillo de envidia en ella.- ¿y tú eres…?

-Destiny,- dijimos al mismo tiempo. Le sonreí y ella esquivó mi mirada. Me sentí frió por dentro, sobre todo por que tal vez pensaba que coqueteaba con ella y Megan era mi novia.

-¿Gustas comer con nosotros?- preguntó Megan con una sonrisa burlona.- No ha de ser bonito no conocer a nadie.

-Si, Gracias.- contestó con tono sarcástico; no me agradó nada como le hablo Megan a Destiny, por lo que la fulminé con la mirada.

-Pues vamos.- dijo Megan descaradamente y se hecho a andar a la cafetería.

-Emm… ¿Destiny?- la llamé tímido.

-¿Si?- respondió ella con la mirada llena de enojo.

-Hazme un favor…- dije.- Nunca digas frente a Megan, Blair, Craig, Taylor o Andrew tu apellido, ¿OK?

-¿Pero por qué?- preguntó con cierto tono de confusión.

-Solo no lo hagas. Por favor…- dije, vacilando antes de acercarme y besar su mejilla. Sentí chispas salir de aquel inocente beso y una corriente eléctrica atravesarme. Di media vuelta y me dirigí a la cafetería, dejándola ahí, inmóvil, mientras un atisbo de esperanza crecía dentro de mí.

Entré al comedor con una gran y enorme sonrisa en mi cara, todos en la mesa, Megan, Blair, Andrew, Craig, Jake, Taylor, Camilla y Shane me miraron como si estuviera loco. Camilla me sonrió más que feliz, dándose una idea de lo que había pasado. Reprodujo en su mente un beso entre Destiny y yo, pero negué con la cabeza un poco decepcionado y señalé mi mejilla. Ella entendió y se levantó a abrazarme sin decir nada.

Destiny entró y el idiota de Jake se levantó a traerla a la mesa. No lo aguantaba. Tan cerca de ella. Llegaron a la mesa y saludó con un beso en la mejilla a los chicos y a las chicas.

Belén le llegó por la espalda y se presentó. La llamé y se sentó a mi lado, con la mirada de Jake cargada de odio sobre mi espalda. De pronto, ella miró a su lado y se quedó paralizada al ver a Taylor mirándola fijamente. Me quedé helado, el no era conocido por su autocontrol. Le haría daño, y más ahora que había notado, mi interés por ella.

sábado, 6 de febrero de 2010

4.1 Damphir

Penetrante, insistente, peligrosa… Algo me decía que era una amenaza, que no estaba mal temerle. Estiré mi mano para tomar mi tenedor y por accidente rocé la mano de Lucas. Me miró con ternura y felicidad, sonreí, pero Taylor me seguía mirando. Eso me estaba haciendo sentir incómoda.

-Destiny,- dijo Lucas con una gran sonrisa- ¿Tienes planes para después de clases?

Bajé la cara y mi cabello cubrió ligeramente mi rostro. No quería ir con el, bueno, si quería, lo que no quería era que me usara un rato y me lastimara. Me miró a los ojos y nos quedamos así un rato; era como si nada más existiera en el mundo. Las voces se fueron apagando, los rostros borrando y cualquier pensamiento coherente dentro de mí fue borrado para siempre.

-¡Lucas!- gritó molesta Camilla. Al parecer, odiaba que la ignoraran. Estaba sentada junto a Shane. El la miraba muy tiernamente.

-Emm... ¿Si, Cam?- preguntó Lucas con la mirada aun en mi. Camilla chasqueó los dedos, demandando por su atención. Movía las manos de un lado a otro, pero como Lucas no le hacía caso, tomó una manzana y se la lanzó a la cabeza. -¡¿Qué Camilla?!

-¡Que si iremos esta noche a ya sabes donde!-gritó ella girando su cabeza ofendida.

-Cam…- la llamaba Lucas, pero esta se giraba cada vez más.- Cam…

-¿Que?- respondió ella enojada. Le sacó la lengua y Shane la tomó de la mano. Era como si estuviera ardiendo en llamas y el simple toque de Shane la hubiera apagado.

-No sé.- respondió Lucas encogiéndose de hombros. Camilla solamente lo miró un rato, esperando una explicación, que nunca llegó.

-¿De que hablan?- pregunté. Taylor sonrió toscamente al verme y soltó una carcajada.

-Damphir.- respondió aun riendo. Todos en la mesa Abrieron los ojos como platos y sus mandíbulas parecieron incapaces de mantener sus bocas cerradas. Se pusieron rígidos y se encorvaron en la mesa, parecían listos para atacar. Mientras yo observaba a ese grupo, tan perfecto, pero a la vez tan tenebroso, que hacía que los pelos se me pusieran de punta. La risa de Taylor siguió, con más intensidad, con su broma que todos, menos yo, habían entendido...

jueves, 4 de febrero de 2010

3.1 Nunca lo menciones

No podía creer lo que veía…
Al voltear vi a un joven de cabello rubio oscuro peinado perfectamente hacia abajo; tenía los ojos verdes profundos y expresivos acompañados de unas pestañas tan largas que parecían falsas; unos labios rosados y perfectos, al igual que todas sus facciones; alto, musculoso, firme, encantador.

“Con razón la chica de allá me lanzó esa mirada” pensé. Se acercó grácilmente hasta la mesa con la mirada sombría, gesticulando palabras sin emitir sonido alguno. En ningún momento levantó la mirada del suelo, se veía realmente molesto, al parecer de que le hubieran hablado así.

Camilla giró su cabeza hacia mí y me dirigió una gran sonrisa inspirándome valor para que no me sintiera nerviosa, a la cual correspondí. Extendió su mano y hacía mí y cubrió mi mano con la suya. – Todo está bien, Lucas podrá ser todo, menos una mala persona.- susurró.

Alejó la silla de la mesa, y se sentó en ella pesadamente; ni siquiera volteó a verme. Pude oír claramente como un gruñido se formaba en su garganta. Me encogí en la silla y suspiré.

Se dio la vuelta y me miró unos instantes. Su mirada se volvió tan cálida y tierna que me volteé de inmediato. – Lucas Russo.- dijo finalmente con una voz que te derretiría por dentro.

-Destiny Boudelair.- dije con la mirada tímida. Tomó mi muñeca y la volteó, examinándola. Camilla volteó y vio lo que Lucas hacia.

-No es, Lucas.- le dijo seria. Lucas levantó la mirada confundido.

-Pero… Ella es una…- tartamudeó. Enarqué una ceja. Ya esta confundida, no sabía de qué hablaban.

-¿Soy una qué?- les pregunté fastidiada. Shane volteó y los tres miraban de un lado a otro, nerviosos. El profesor nos regaño por estar hablando y rápidamente sacamos los cuadernos y libros de su materia: Matemáticas. Algo me decía que no me llevaría bien con este profesor; no solo por ser muy regañón, también por la materia que impartía.

Dos horas pasaron en matemáticas, la mayoría me la pase pensando en que haría llegando a casa, pues Damen y Ever estarían fuera todo el día, quizás hasta mañana, y mis padres de viaje. La campana sonó y el profesor nos dejó salir. Metí todo en mi mochila y me dispuse a ir a la puerta, pero alguien me tomó del brazo y me jaló suavemente.

-Perdón por no explicarte hace rato.- dijo Lucas. Su aroma era a bosque y algo cítrico, pero dulce.- Lo que iba a decir es que eres muy bonita.

-Gracias…- dije mirando al suelo.

-¡Lucas!- gritó una aguda vocecilla. Los dos nos giramos y vi a una de las chicas de la mañana; a una rubia con cabello lacio, ojos cafés, alta, delgada, muy bella. No se por que me seguí sorprendiendo ver este tipo de perfección aquí. Ella se acercó y lo abrazó por el cuello.

-Megan…- dijo el, casi escupiendo el nombre.

-Mi amor, vamos a comer, Camilla, Shane, Jake, Taylor, Andrew, Blair y Craig nos esperan. – dijo sonriendo. Volteó y me miró de pies a cabeza.- ¿y tú eres…?

-Destiny,- dijimos yo y Lucas al mismo tiempo. El me sonrió y yo esquive su mirada. ¿Coqueteaba conmigo y tenía novia? Una palabra: mujeriego.

-¿Gustas comer con nosotros?- preguntó Megan con una sonrisa burlona.- No ha de ser bonito no conocer a nadie.

-Si, Gracias.- contesté con su mismo tono sarcástico; no me agradaba la idea de comer con ella, pero era mejor que comer sola. Al menos Jake, Cam y Shane estarían allí. “Lucas también” dijo una vocecita dentro de mi, haciendo que me sonrojara.

-Pues vamos.- dijo Megan. Dio media vuelta y comenzó a andar hacia la cafetería con un paso tan despreocupado, pero a la vez engreído; no me agradó su forma de ser.

-Emm… ¿Destiny?- me llamó.

-¿Si?- respondí.

-Hazme un favor…- dijo serio.- Nunca digas frente a Megan, Blair, Craig, Taylor o Andrew tu apellido, ¿OK?

-¿Pero por qué?- pregunté confundida.

-Solo no lo hagas. Por favor…- dijo, antes de acercarse y darme un beso en la mejilla el cual me paralizó mientras veía como se alejaba a la cafetería…


Cuando entré al comedor de la escuela, oí todo el borboteó de voces a mi alrededor. Busqué con la mirada a Jake o a Cam, tal vez Lucas también, hasta que Jake se acercó a mí y me dirigió a la mesa.

Estaban los ya mencionados, Jake me los presentó a todos y me saludaron con un gesto de la mano la chica y los chicos se levantaron y besaron mi mejilla.

-Hola.- dijo alguien por mi espalda. Di media vuelta y había una chica de cabello color chocolate y piel nívea, piel tan pálida como la de todos aquí. Era alta y delgada, con cuerpo escultural, ojos negros como la obsidiana. Me miraba en poco engreída, pero se sentía amable, no como la mirada de Megan – Belen, mucho gusto.

-Destiny.- dije. Lucas se levantó y me dijo que me sentara junto a el. Miré a Jake y lo observaba furioso. Me senté y por suerte estaba frente a Jake. Me giré un poco, y vi la mirada penetrante de un chico de la mesa, al cual me habían dicho se llamaba Taylor. Me volví a hablar con Jake y Cam, que estaba a mi otro lado, pero podía sentir la mirada de Taylor clavada en mí. Penetrante, insistente, peligrosa…

martes, 2 de febrero de 2010

2.1 Bienvenida.

-Hola.- oí que alguien dijo detrás de mí, poniendo su mano sobre mi hombro…

Pegué un brinco del susto y me di media vuelta. Decirle guapo al muchacho que vi sería quedarme corta; tenía los ojos azules profundos, enmarcados por unas largas pestañas; el cabello lo tenía café claro, casi color miel, y el flequillo le llegaba poco más debajo de los ojos; era alto y musculoso y sonreía abierta y amablemente.

-Perdón por asustarte.- dijo apenado. Miraba de un lado a otro al igual que yo.- Eres la chica nueva, ¿Verdad?

-Emm… si.- dije sonrojada. No tenía ni 5 minutos aquí y ya sabían que era nueva. Extendí mi mano y dije: -Destiny.

-Adams, Jake Adams. Gusto en conocerte.- dijo el tomando mi mano.

-Muy James Bond, ¿no?- dije entre carcajadas y el rió conmigo. De pronto vi a una chica de cabello color café claro, muy hermosa, al igual que todos aquí, acercarse a el y besar su mejilla.

-Hola, Jake.- dijo ella con una voz suave y cantarina.

-Hola, Cam.- respondió Jake. Ella pasó su mano por los hombros de Jake y lo abrazó.

-Muy buen gusto, Jake.- dijo ella guiñándole el ojo. El giró el rostro hacia ella y le dirigió una mirada asesina.

-¿Ustedes 2 son…?-intenté preguntar, pero un joven de cabello café alto, musculoso y de ojos verdes, muy guapo, se acercó a nosotros y me interrumpió.

-¿Novios?- preguntó el que se acababa de acercar.- No, pero yo si soy su novio.- Ella soltó a Jake y se acercó al chico de ojos verdes y lo besó.

-Bienvenida. Camilla Reed.- dijo ella y se acercó para besar mi mejilla.- Y el es mi novio, Shane Willer.- El también se acercó y besó mi mejilla.

-Destiny Boudelair.- dije. Los tres intercambiaron una mirada. Se veían confundidos.

-¿Entonces ella es…?- preguntó Shane. Parecía que sus palabras se hubieran quedado flotando en el aire, pues nadie pareció oírlo. De pronto, Jake le dio un codazo en las costillas y Camilla le dio un manotazo a Jake.

-No es…- dijo Jake.- Mírala bien, Shane.

-¿No soy qué?- pregunté. Odiaba no saber de lo que hablaba la gente y menos cuando era de mí de quien hablaban.

Los tres se pusieron rígidos y vacilaron en contestar, pero Camilla fue más inteligente y una sonrisa traviesa, casi infantil de asomó en las comisuras de sus labios antes de contestar: - Estudiante antigua. Shane preguntaba si ya habías estado aquí, es que es un poco despistado y Jake le contestó que no. ¿Cierto, mi amor?

-Cierto.- contestó Shane con una sonrisa. Por alguna razón, no les creí ni una palabra de lo que me habían dicho. – Emm… ¿ya tienen sus grupos y horarios?- dijo el tratando de cambiar de tema, pero esto no lo olvidaría.

-Si.- contestamos, Camilla, Jake y yo y no pudimos evitar reír.

-1B.- dijo Jake consultando su hoja de horarios. Por suerte, Ever y Damen me habían acompañado por mi horario y mi número de casillero días antes. Saqué mi hoja de entre todos mis útiles y comencé a revisarla.

-1C- dijo Shane, pero su voz me dio a entender que esperaba le hubiera tocado con su novia.

-¡Igual yo!- gritó Cam más que feliz.- ¿y tu, Destiny?

-Creo que me tocó con ustedes dos.- por el rabillo del ojo vi a Jake y este se veía decepcionado.

-Pero al menos tenemos los recesos y almuerzos. También las clases de artes y educación física. Podemos inscribirnos juntos. Oí que este año revolverán los grupos para formar las clases, serán optativas...- dijo Cam tratando de animar a su amigo. Me pregunté por que se había puesto así y mis mejillas se pusieron rojas. El timbre sonó fuertemente ahogando las fuertes conversaciones entre los alumnos. – Ven Destiny, te muestro el camino a nuestro salón.

-Adiós, Destiny.- dijo Jake, pero antes de poder contestarle, Camilla ya me estaba arrastrando dentro del edificio hacia nuestra próxima clases, con Shane tomado de la mano.

Las puertas del edificio eran grandes y de vidrio. Tenía grandes torres y estaba hecho de puros ladrillos pintada de blanco, como lo edificios antiguos. El pasillo era largo y ancho, con los casilleros a los lados. Nos dirigimos casi hasta el final del pasillo y giramos a la derecha para entrar a un enorme y espacioso salón. Las grandes ventanas que estaban del lado izquierdo del salón y del lado opuesto a la puerta, tenían vista al bosque detrás del campo de Football. Los escritorios de trabajo eran para sentarse en parejas y estaban acomodados en 3 filas con 4 escritorios perfectamente alineados detrás de los primeros. “OH… No…” pensé. Las paredes eran completamente blancas al igual que un largo pizarrón al frente.

Camilla y Shane, como era de imaginarse, se sentaron juntos en el segundo escritorio de la tercera fila, la que estaba junto a las ventanas.

-Siéntate aquí, Destiny.- dijo Shane, señalando el escritorio detrás del de ellos.

Puse mi mochila en el suelo y me senté. Todos comenzaron a entrar, y me miraban como si fuera un bicho raro. Me hundí en mi silla y esperé a que el profesor entrara.

-Buenos días jóvenes.- dijo un hombre calvo con lentes, un poco regordete y de baja estatura.- La mayoría aquí me conoce, excepto la señorita…- dijo señalándome y levantando sus gafas para leer la lista de asistencia.- Destiny Boudelair. Soy el profesor Williams.

Todos abrieron los ojos como platos y se voltearon a verme. Las puertas se abrieron y oí que alguien entro riendo. No volteé a ver quienes eran pues estaba muy ocupada escondiéndome de la vista de todos.

-Gracias por acompañarnos, señor Russo, señorita Hill y señorita James.- dijo el profesor molesto.- Señoritas Hill y James, háganme el favor de sentarse en la mesa que esta junto a la puerta.- Esa mesa estaba en la primera fila. Las dos fruncieron el seño y se fueron a sentar a regañadientes. Mi escritorio era el único con un lugar vacío.- Señor Russo, usted siéntese con la señorita Boudelair. Para la información de todos, ese será su lugar todo el año.

Una de las dos muchachas que acababa de entrar, volteó la cabeza bruscamente y me fulminó con la mirada; seguramente ella quería sentarse con el. Me encogí de hombros y giré un poco mi cabeza para ver a mi nuevo compañero. No podía creer lo que veía…