Soulmates

Sola. Esa fue la unica palabra que logró penetrar mi caparazón.



miércoles, 31 de marzo de 2010

21.1 Poca cosa

Me estaba volviendo loca…

Me desperté de golpe, golpeándome con una ventana. Sobé mi cabeza y me tallé los ojos. Estaba en un auto en movimiento. Volví a tallar mis ojos, esperando ver otra cosa, no tenía idea de donde estaba.

Volteé a ver quién era la persona que conducía. Un gruñido se me escapó al ver que era Lucas. Me miró y me sonrió felizmente.

-Al fin despiertas, amor.- dijo poniendo su mano sobre la mía.

-¿No te advertí que no te me volvieras a acercar?- dije entre dientes, con la mandíbula apretada. Soltó una carcajada, claramente divertido de mi comentario.

-No. Dijiste que no te volviera a llamar. Y no te he llamado, te llevo en mi auto.- dijo sonriendo. Abrí los ojos como platos y bufé.

-No te hagas el idiota, Lucas.- dije separándome de él lo más que pude.- Sabes bien a que me refería.

Puso mueca de dolor pero alejó su mano de mí. Miré por la ventana y vi que la salida en la carretera para ir a mi casa se había quedado atrás. Comencé a moverme en mi asiento desesperada, hasta que el volvió a reír.

-¡¿Ya me viste cara de payasa o qué?!- grité furiosa, lo que ayudo a que solo riera más. Con un puño golpeé lo más fuerte que pude su brazo, pero pareció no afectarle.- ¡¿A dónde me llevas?! ¡Llévame a mi casa!

-No.- se limitó a responder. Se pasó una mano por el cabello, un gesto tan… tan… perfecto que me quedé embobada viéndolo. Sacudí mi cabeza decidida a quitarme esos pensamientos de la cabeza de una vez por todas, y el me dirigió una rápida mirada y acarició mi mejilla con el pulgar.

-¡Llévame a mi casa, Lucas Russo!- grité con todas mis fuerza alejando su mano de mi rostro.- ¡Esto puede ser considerado como secuestro!

Soltó una estruendosa carcajada que hizo que los vidrios del auto vibraran y yo me pusiera aun más furiosa.

-Difícilmente podría ser considerado así.- dijo con humor.- Secuestro es cuando no quieres estar con esa persona o te llevan por la fuerza.

-¿Y que demonios te hace pensar que quiero ir contigo?- pregunté tomando mi celular de mi bolso. Busqué el número de Damen o Ever, pero cuando estaba a punto de presionar la tecla de “Marcar”, el celular (el cual había cargado en la mañana y marcaba la batería completa) indicó un mensaje de que la batería se había acabado y se apagó. Lucas rió por lo bajo y un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo; una vocecita dentro de mí me decía que Lucas tenía algo que ver con la batería casualmente muerta.

-No va a funcionar.- dijo, casi respondiendo a mis pensamientos.- ¿Tienes idea de lo hermosa que te ves cuando te enojas?

-¡No me cambies de tema!- grité sonrojándome un poco.

-Yo solo decía.- dijo ahogando una carcajada. Fruncí el ceño y me crucé de brazos.

-¿Qué le hiciste a mi celular?- pregunté echando chispas por los ojos. Lucas no daba señal alguna de que se iba a detener, por lo que miré por la ventana y sopesé la posibilidad de abrir la puerta y brincar del auto, también en que pasaría si lo hacía a la velocidad a la que íbamos.

-Probablemente me detendría y te subiría de nuevo.- dijo mirando fijamente la carretera y sujetando fuertemente el volante.– Y probablemente te romperías un brazo o una pierna.

Eso me espantó. Había respondido a todos y cada uno de mis pensamientos tal y como si los hubiera dicho en voz alta. Como si los hubiera oído. La garganta me comenzó a arder de la sed y busqué por todas partes algo de tomar, pero no vislumbré nada.

-Toma.- dijo dirigiéndome una botella de soda. Vacilé un poco, y la tomé dudosa. “Un momento…” pensé. “Hace un momento revisé el auto en busca de algo de beber y no había nada. Después, este tipo saca una botella de soda de no se donde…”

El auto se detuvo y nos quedamos en silencio. Abría la puerta del auto y corrí a toda velocidad. Lucas no se molestó en seguirme, solo cerró los ojos fuertemente y apretó el puente de su nariz.

Ya había corrido alrededor de unos 500 metros del auto cuando decidí voltear a ver si seguía ahí, con suerte se había hartado y se había ido a su casa. El auto estaba ahí, pero Lucas no, así que di mi mayor esfuerzo y corrí un poco más aprisa hasta que choqué con algo. El impacto me tiró al suelo y proferí un grito de puro terror.

-Tu… Yo te vi… Tu estabas...- balbucéese torpemente. El me dirigió una sonrisa encantadora, se acuclilló a mi nivel y quitó unas cuantas gotas de sudor y unos mechones de mí frente.

-¿Yo qué, Dest?- preguntó inocentemente. Respiré grandes bocanadas de aire para tranquilizarme, hasta que mi pulso se reguló un poco y fui capaz de hablar bien.

-¡Tu estabas en el auto!- dije aún un poco agitada.- Yo te vi. No corriste hacía mí, te quedaste ahí.

-No, Dest. Yo corrí junto a ti.-dijo ya más serio. Lo miré a los ojos esperando ver alguna señal de que estaba jugando conmigo, pero nada. Su expresión era inescrutable, no había nada que probara que lo que había visto era verdad, que no lo había imaginado como lo de la soda.

-¿Enserio?- pregunté, rogando por que fuera verdad. Eso me estaba asustando. Tal vez después de todo si me estaba volviendo loca.

-No estas loca.- dijo casualmente. Esta vez pasó un brazo por mi cintura y me ayudó a levantarme. No me había dado cuenta de lo mucho que me dolía la mano vendada hasta que me recargué en ella para estabilizarme.

-¡¿Cómo haces eso?!- pregunté nerviosa, olvidando el dolor. El me miró confundido y movió su cabeza de un lado a otro como hacen los cachorritos.-Eso de que pareces saber lo que estoy pensando.

Mordió su labio inferior, un gesto tan sexy que me dieron ganas de rodear su cuello con mis brazos y besarlo. Sacudí mi cabeza nuevamente desterrando el pensamiento pero el pareció notarlo y sonrió abiertamente.

-Es que, como te dije una vez en tu habitación… Eres muy predecible. Tus ojos te delatan.- susurró en mi oído. Su cálido aliento en mi oído me hizo estremecerme y me acercó más a el. La lluvia comenzó a caer, tal y como había predicho en la mañana, empapándonos. Traté de apartarme de el, pero cerró sus brazos más en torno mío sin dejarme ir. -¿Ahora que hice, Dest? ¿Por qué me volviste a odiar y porque la cachetada de la mañana? Enserio, te quiero como no tienes idea.

No lo miré, pero pude percibir la nota de dolor en su voz. Trató de levantar mi rostro para que lo viera a los ojos, pero me negué. Me imaginé su expresión de tristeza, y sabía que si lo miraba, toda mi fuerza de voluntad flaquearía y caería rendida como una tonta a sus pies.

-Fuiste tu mismo.- dije en un sollozo. No sé por qué dije eso, pero me arrepentí al instante. Eso era mentira. La razón por la que Lucas me encantaba era por su forma de ser.

Levanté un poco la mirada y su expresión se había vuelto sombría. Se apartó de mí y me dio la espalda.

-Tienes razón.- dijo fríamente.- Tal vez no soy lo suficientemente bueno para ti.

-Lucas, yo… yo no quise decir eso.- dije en un intento de que me escuchara.

-Ya lo dijiste.- dijo sombriamente. Me acerqué a él por la espalda para abrazarlo, pero me tomó de los hombros y me alejó.- Déjame llevarte a casa.

Todo el camino fue silencioso, más de lo normal. El no quitaba la
vista del camino y yo fingía ver a través de la ventana, aunque en
realidad solo miraba su reflejo en ella. No podía dejar de ver sus
hermosos ojos verdes sin brillo, con un aspecto sombrío, torturado y su boca torcida por el repentino enojo. Su cabello se movía valientemente junto al viento que entraba por la ventana, y yo solo me quedaba embobada viendo el espectáculo.

Cuando por fin llegamos a mi casa me di cuenta de que no había nadie, probablemente Ever y Damen habían salido, pero como mi celular no traía carga, no podía verificar si me habían dejado un mensaje o algo así.

El sonido de Lucas aclarándose la garganta cortó el Hilo de mis
pensamientos. Volví la vista hacia el como si sus ojos me fuesen a matar en el momento.

-Lo siento.- me sonrojé inevitablemente y bajé del auto. Justo
cuando Iba a cerrar la puerta me decidí a hablar.- Gracias por
traerme. No se si debería agradecerte por raptarme pero...- se aclaró
la garganta de nuevo interrumpiéndome otra vez.

- No quiero parecer grosero, solo que tengo prisa.- al parecer, mi intento de disculpa o agradecimiento no fue en el momento oportuno.

- OH. Entonces, adiós.- Cerré la puerta y en cuanto di la vuelta Lucas
ya había arrancado. Me enfurecía no poder hacer lo que sentía
necesario hacer, pero más que nada, me dolía que estuviera enojado conmigo.

Entré y justamente estaba vació, así que no quedo mas que esperar a
que llegaran. Corrí a mi cuarto y me tire en mi cama para hacer lo único que podía; soltar todo lo que traía dentro y llorar.

-Dest? Destiny donde estas?- escuchaba Los gritos de Ever y Damen por
toda la casa, y aunque sabia que debía responder, no tenía la fuerza
suficiente para hacerlo. Había llorado tanto que estaba completamente seca, no podía responder... No quería. Tenia que estar sola.

- Destiny Boudelair donde rayos estabas?- gritó furiosa Ever mientras entraba a mi habitación.

En cuanto me miró llorando paró de gritar y se acercó lentamente hasta acercarse tanto como para poder abrazarme.

- Fue el, cierto?- susurro en mi oído. Por más que quise aguantarme
las ganas de llorar, no pude. Creía estar seca, pero al parecer,
todavía tenía litros de lágrimas por llorar. Si seguía a este paso me
deshidrataría en unas cuantas horas.

Mis cansados ojos estaban hinchados, necesitaba dormir, y aunque parecía que el lágrimas no acabarían, no me di cuenta cuando caí rendida.



Una semana entera paso. Había logrado que me dejaran quedarme en casa con el pretexto de que quería ver a mis padres ya que habían llegado. Mis padres me mimaron como nunca antes, me llevaban a cenar, de compras, a donde yo quisiera, pero nunca me podían hacer sonreír. Podía ver la clara preocupación en la mirada de todos y la rabia en la de Damen. Gracias a Dios nadie sabía lo que me pasaba.
Pero mi fortuna no duro mucho. El lunes siguiente tuve que despertarme
temprano e Ir a la escuela.




Mientras caminaba hacia mi casillero, una vocecilla capto mi atención.
Era Megan, tomada de la Mano de Lucas.

- ¿Quien es la más Bella del mundo, amor?- preguntaba una y otra vez ESA tonta superficial oxigenada. Mis manos se volvieron puños repentinamente y mordí mi labio con tanta fuerza que casi sangra.

-Tu, corazón.- respondió el con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
Por alguna extraña razón yo no me creía eso. La felicidad de su
sonrisa parecía no llegar a sus ojos. Sin más que hacer más que estar
haciendo corajes, camine hacia otro lado donde ellos no estuvieran cerca para no verlos. Lo aceptaba, Los celos me estaban carcomiendo viva, pero no era de sorprenderse, estaba con una y luego con otra.

Esa mañana se estaba yendo relativamente rápido, y antes de entrar a la primera clase mis esperanzas de no verlo habían reducido, cierta parte de mi decía que no tendría el valor de ir y sentarse junto a mi.

Sentada esperando a que el profesor comenzara la clase dibujaba Uno
que otro garabato en un cuaderno que no era ninguna clase.

-Bien chicos, ya saben que hacer, así que júntense en pareja.-
“Perfecto” pensé para mis adentros. No planeaba voltear a verlo aunque eso significara sacrificar mi calificación.

-Srita. Boudelair, me preguntaba si usted me Daría el honor de
trabajar como mi pareja el día de hoy. No se usted, pero a mi si me interesa mi calificación.- dijo de la forma mas sarcástica que
encontró.

Lo miré con rudeza y tome un lápiz para apuntar notas del experimento
que nos encargaron.

- No es necesario que hables de esa manera, Lucas.- dije a la defensiva.

-Solo trato ser Cortes, no se tu, pero a mi si me enseñaron valores.- dijo mirando al profesor.

- Si, pues deberías serlo y no fingir que lo eres.- respondí de la misma forma que el soltando el lápiz, al cual ya había oído crujir.

- Yo soy así, no es mi culpa que tú no seas como el resto de las
mujeres. O que yo sea muy poca cosa para ti.- dijo fríamente. Apreté los puños y tomé nuevamente el lápiz.

- Claro, no todas tenemos cuerpo de Barbie y Cara de modelo.-Dije con amargura mientras intentaba con todas mis fuerzas no romper el lápiz. Seguro su nueva novia lo haría feliz, pero la rabia nadie me la quitaba. Sus carcajadas me desconcentraron.

- No le encuentro la gracia.- lo miré exasperada.

- Eres muy agresiva, sabias?- dijo burlándose de mí. Una rabia aun mayor me inundó y el lápiz se rompió en 2 pedazos.

- Me lo Han mencionado.- dije ahora tomando la hoja de pruebas. Cuando me agaché para buscar un nuevo lápiz en mi mochila, no sé como, pero todo calló al suelo, haciendo un mar de objetos escolares. Lucas rió por lo bajo y lo fulminé con la mirada. Otra vez ese sentimiento de que el tenía algo que ver con eso.

Una voz interrumpió nuestra pequeña disputa.

- Quisiera creer, Sr. Russo y Srita. Boudelair, que Han terminado con su práctica, ¿Cierto?- dijo el profesor parado frente a nuestra mesa. Vacilé un poco en contestar y Lucas rió. Y con lo buena que era yo mintiendo...








WAAA!! en lo personal, este capitulo me encanto!!!
Gracias Cinthia x tu ayuda, no se me hubiera ocurrido ese finalXD

&& como estan ustedes?? :)

Ahh.. 2 cosas:

1) FELIZ DIA DEL TAKO!! xD
2) FELICES VACACIONES:)

&& saldran o qe haran? (qe meticheXD)

Espero les guste tanto como ami:P
comenten!

xoxo♥

sábado, 27 de marzo de 2010

20.1 Loca

-Debo irme. Estaré al pendiente de ti.- dijo, antes de salir como rayo por la puerta…

¿Al pendiente de mí? ¿Qué significaba eso? Taylor había dicho: “Es una lástima que seas lo que eres…” ¿qué significaba todo eso? Eran solo palabras que rondaban por mi mente. Esta bien, rondar era algo que no podían hacer, por que solo pensaba en el horrible dolor que sentía en mi cuerpo y en el miedo que me provocaba Taylor.

Damen y Ever entraron a la habitación hechos un mar de lágrimas. Me miraron incrédulos, después preocupados y al final tristes.

-Dest, cariño, ¿qué te pasó?- preguntó Damen acercándose mi y poniendo su mano sobre la mía.

¿Qué les iba a responder? ¿Qué un loco psicópata me quiso hacer no sé que cosa y una chica misteriosa que parecía conocerme me “rescató”? Eso era de locos, hasta yo lo sabía. Presioné mis labios, pero me arrepentí al momento. Cualquier movimiento que daba me dolía hasta los huesos. Hice una mueca de dolor y mi prima corrió hacía mí.

-Destiny Boudelair, ó me dices que pasa o ya verás.- me amenazó Ev, aunque su voz trataba de aparentar autoridad, los sollozos la delataban.- Hermanita, ¿qué te sucedió?

-Yo… cuando salí corriendo… me tropecé en las escaleras.- dije. Intercambiaron una mirada cargada de preocupación y se tomaron de las manos. Un siseó de dolor se me escapó al ver aquel gesto y cada uno se puso a un lado mío.

-Ayyy… Dest.- chilló Ever.- ¿qué fue lo que pasó? ¿Por qué saliste corriendo de la habitación de Lucas?

Eso no lo iba a responder. El amor apesta. El me mintió y me echó en cara que yo le había mentido a él. Solo que era diferente; yo tenía buenas razones para hacerlo, por él. ¿El? Ninguna. Bueno, pensándolo bien, si tenía una. Katherine. Era preciosa, claro, pero yo no me merecía que me hubiera engañado así. Yo le creí. Confié en el. ¿Y qué gané? Un gran dolor dentro de mí y el odio que siento por el ahora.

-Señorita, su hermano acaba de despertar. Creo que debería estar con él.- dijo el doctor desde la puerta. Ever me miró desesperada, indecisa de qué hacer.

-Ve. Yo me quedo con Dest.- dijo dulcemente Damen. Ella le sonrió tristemente y se acercó para besarlo. Después, me miró apenada y le dirigí una sonrisa.

-Cualquier cosa qe o…- dijo antes de que la interrumpiera.

-Lo sé. Corre.- le dije, pero antes de terminar, ella ya había salido de la habitación.

Me quedé sola con Damen. El silencio se volvió incómodo a los pocos segundos, algo que nunca nos había pasado. Comencé a pensar en que decir o que hacer, pero era muy difícil. No puedes decirle a tu mejor amigo, tú casi hermano, que te deje sola y a las pocas horas pedir disculpas.

Damen no era solamente mi hermano, era más que eso, lo que nos unía era algo mucho más fuerte que una amistad. No podía explicar lo que sentía por el. Era como si me perdiera sin el. No lo amaba como a un novio, lo quería muchísimo más. Era complicado explicarlo, y no me ponía a pensar mucho en eso, solo sabía que eso estaba ahí.

-Dam... Perdón.- dije finalmente. Yo soy orgullosa. Solo pido perdón en tres ocasiones. 1: Si la persona es real, realmente importante para mí. 2: Si me piden perdón antes y me convencen. 3: Si no me queda de otra por que es muy, real y extremadamente importante que lo haga, si no, olvídense que me disculpe. Me miró sorprendido y puso su mano sobre la mía.

-Dest no…- dijo antes de ser interrumpido por mí.

-Déjame terminar, ¿quieres? Sabes lo mucho que me cuesta pedir disculpas.- sonrió y me revolvió un poco el cabello.

Suspiré tristemente y comencé a planear un discurso. ¿Sabían que nunca funciona planear lo que vas a decir? Yo no. O nunca lo quise aprender. Las palabras comenzaron a salir a borbotones por mi boca, ignorando lo que había imaginado.

-Yo… fui muy tonta, no sabía lo que decía. Te dije todo eso, mientras estaba enojada. ¿Sabías que no es buena idea hablar cuando estoy enojada? Yo no. Lo acabo de aprender. Y se que eché todo a perder y en verdad lo siento. No fue mi intención decir eso. Pero ya vi que tenías razón. Lucas… Lucas…- no pude terminar. Su nombre me quemaba en la garganta. Su traición fue como ácido contra mi piel.

-Dest, no te preocupes. Yo sé por qué lo hiciste. Creíste que era lo correcto.- dijo un poco inseguro, esperando mi reacción.- Yo conozco bien a Lucas, sé como es de… de… mujeriego.

-Perdón.- dije finalmente. Se acercó con cuidado a mí y me dio un ligero abrazo.

-¿Y qué fue lo que te pasó? Por qué el que mi hermosa novia te haya creído lo de las escaleras no significa que yo lo vaya a hacer.- preguntó después del abrazo. Vacilé un poco en contestar hasta que me armé de valor.

-¿No me vas a interrumpir?- pregunté un poco nerviosa. Negó con la cabeza y seguí.

Le conté todo, desde lo que había pasado en la fiesta hasta por qué estaba aquí. Sus manos se empezaron a volver puños lentamente y su expresión se crispó con rabia. Pero, al mencionar a Katherine y lo mucho que se parecía a Trevor y a mí, se calmó, mejor dijo, se alarmó.

-¿Qué significa eso de que va a estar al pendiente de ti?- preguntó con algo. ¿Miedo? No lo sé.

-Damen, yo se lo mismo que tu sabes.- dije “encogiéndome” de hombros.

-¿Y quién es el tipo que te hizo esto?- preguntó volviendo a la rabia.

-Un compañero de la escuela, no es la primera vez que…- no pude terminar. Un movimiento en la ventana captó mi atención. Taylor. Mi pulso se aceleró y comencé a respirar entrecortadamente. No me podía concentrar en nada más. Solo el pánico que nublaba todos mis sentidos.- Está aquí…

-¿Dest?- me llamaba Damen, pero su voz poco a poco se convirtió en un débil susurro.- ¡Dest!

Cuando gritó mi nombre, fue como si hubiera vuelto a donde estaba. Una imagen nueva. “Taylor vigilándome, viéndome divertido. Siguiéndome.”

-Estaba ahí.- dije.-Yo lo vi. Estaba en la ventana.

Damen se levantó rápidamente y corrió a la ventana, Inspeccionó un poco el paisaje y cerró las cortinas.

-Hora de dormir.- dijo, poniendo sus manos en mis sienes, mientras el sueño se apoderaba de mí.





Pasé toda la noche en el hospital. Gracias a Dios, el día siguiente era domingo y no tenía nada grave. Solo me había golpeado muy fuerte la cabeza, torcido el tobillo (él cuál casualmente dejó de doler cuando me dijeron que iríamos a Nashville) y mi muñeca izquierda la tendría que llevar vendada 2 semanas por lo cuál no podría moverla mucho (¿Por qué los diestros siempre nos lastimamos la mano izquierda y los zurdos la derecha?).

Ignoré las llamadas de todos, Jake, Cam, Shane, Bel, Dean, todos. No tenía humor de hablar con ninguno de ellos. No los culpaba de nada, pero si hubieran estado conmigo se hubiera podido evitar.

Lucas llamaba cada 10 minutos, pero estaba reacia a responder. Apagué el celular y les pedí a Ever y Damen que dijeran que no me encontraba. Las únicas personas con las que si acepté hablar, fueron mis padres.

Mi madre rompió en llanto al contarle lo que pasó (la historia oficial para ellos, Ever y todos los demás era que me había caído de las escaleras). Mi padre comenzó a culparse de todo lo que me pasaba en su ausencia. Dijeron que vendrían en una semana y se quedarían aquí.





El lunes llegué a la escuela en mi auto. El viento estaba frío y olía a lluvia. Probablemente llovería hoy. Caminé hacia mi salón, sin esperar a nadie, decidida a ignorar al 100% a Lucas. Caminé en silencio por los pasillos atestados de gente, hasta que alguien me jaló del brazo.

-¡Dios, Dest! ¿Qué te pasó?- preguntó Jake, con su cabello cayéndole tímidamente por el rostro. Lo miré bien unos instantes. Era realmente guapo. El tipo de chico con el que todas quieren bailar en las fiestas.

-Larga historia.- respondí cortante. Bajó la mirada a mi mano vendada y negó.

-tengo todo el tiempo del mundo.- dijo sonriendo. En ese momento, la campana sonó y comencé a reír.

-Yo creo que no.- dije dándole un beso en la mejilla.- Por cierto, hola. Me caí de las escaleras de mí casa y me golpeé.

-Mala suerte.- dijo frustrado. Asentí y río.- No lo digo por tu golpe, bueno, sí, también, pero te lastimaste la mano con la que no escribes.

-Supongo que sí.- dije finalmente.- Creo que deberíamos entrar a clases. ¿Jake? ¿Te gustaría… almorzar conmigo?

Me miró sorprendido y después una luz le iluminó el rostro.- ¡Claro!- gritó eufórico, como si le hubieran dicho que ganó la lotería.- Nos vemos.- dijo besando mi mejilla.

Entré a mí salón y el lugar continuo al mío estaba vacío. Sentí una gran decepción al no ver a Lucas ahí, pero también un alivio al no tener que verlo. El profesor entró y detrás de él, estaba Lucas.

Venía en muletas, con una pierna enyesada, cargando con esfuerzo su mochila. Al verme, se le iluminó el rostro, pero me giré al lado contrario para no verlo.

-Hola, preciosa.- dijo sentándose. Se acercó a mí, como para besarme, pero le propiné una fuerte cachetada y mi mano se quedó marcada en su mejilla.

Todos explotaron en carcajadas y el profesor me miró molesto.

-¡Señorita Boudelair! Cualquier problema que tenga con el señor Russo, deberá tratarlo fuera de clases.- dijo fulminando a todos con la mirada.- a la oficina del director.

-Pero… Pero…- tartamudeé.

-Pero nada. A la oficina del director.- dijo tajante.

Tomé mi mochila y lancé una última mirada cargada de odio a Lucas.-¿Feliz? Me volviste a echar a perder el día.

-¿Dest?- me llamó confundido.

-No me vuelvas a llamar.- dije antes de salir del salón.

Caminé en dirección a la oficina del director, pero una sensación de terror me volvió a embargar. Me detuve, vislumbrando su silueta.

-¿Qué no te hartas de seguirme? ¿De este juego tan estúpido y algo espeluznante?- pregunté con un poco de valor.

-No.- dijo Taylor con una sonrisa torcida.- El juego apenas empieza…

Corrí lo más rápido que pude, sin dirección alguna. Buscando a alguien que pudiera ayudarme, pero estaba sola. Era como si nadie pudiera oír mis gritos de terror y mis pasos acelerados.

Llegué a un muro, ya no había salida. El se acercó a mí caminando, tranquilo y divertido a la vez. Comencé a llorar y me tiré al suelo, haciéndome un ovillo en intento de evitar que me lastimara.

Oí sus pasos frente a mí. Sentí su respiración y olí su aroma. Podía sentir que no iba a llegar más lejos. Esperé, pero nada pasó. Abrí un poco los ojos y me levanté. Estaba sola. El sudor corría por mi frente y estaba temblando. Realmente temblando.

-¿Destiny?- me llamaron, pero fui incapaz de ver quién era.- ¡Dest!

Oí unos pasos acercarse, pero fue muy tarde, no pudo evitar que me cayera y me golpeará y quedará inconciente, ajena a lo que pasaba a mí alrededor. Algo pasaba. Algo malo. Podía jurar que Taylor me había seguido. ¿O lo imaginé? Veia personas que no estaban ahi. Escuchaba voces aunque nadie hubiera hablado. Veia imagenes en mi mente...Me estaba volviendo loca…






Muchas gracias por los premios!!!
Mariana, Diana, Clau, Giselle, Susej, por los premios(perdon si me falta alguien, diganme:$) Muchisimas gracias, sus blogs me encantan!!:)

Perdon, Katherine me secuestro!!XD

Una cosa mas.. no les puedo terminar de decir qien es Katherine, por qe poco a poco lo iran viendo, tambn veran qe son ellos, no se desesperen=P

Gracias x todo♥
xoxox♥

lunes, 22 de marzo de 2010

19.1 Quien eres?

Mientras se me iba la voz y mis piernas se clavaban al suelo…

-¿Qué demonios haces tú aquí?-dije tratando de controlar el miedo en mi voz. Por alguna razón, me paré en el centro del baño, y el comenzó a caminar a mi alrededor, mirándome de arriba abajo con una sonrisa burlona en los labios.

-Dest, preciosa, tenía ganas de verte.- dijo sonriendo.

-No-me-llames-preciosa.- escupí las palabras. Soltó una estruendosa risotada y comenzó a aplaudir divertido. Traté de correr a la puerta, pero me alcanzó y me lanzó contra la puerta de uno de los baños. Aullé de dolor sintiendo como esta se amoldaba a mi cuerpo.

-Sigo con hambre, y tu no mes alimentado.- dijo. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y comencé a temblar del miedo. Busqué a tientas con el pie algo, lo que fuera para golpearlo y salir de ahí, pero no encontré nada. Cerré los ojos, deseando con todas mis fuerzas algún tubo o piedra en el suelo, pero no había nada. Bajé un poco la vista y escudriñé el suelo en busca de algo, pero estaba vacío. La luz se apagó repentinamente y solté un grito.- Eres hermosa, es una lastima que seas lo que eres.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi, alzo su brazo y con apenas las puntas de sus dedos recorrió lentamente mi cuello, desde mi oreja hasta el hueco que se formaba en mi clavícula. Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo y sacudí su mano lejos de mi.

-¿Qué tiene Lucas que yo no?- preguntó divertido. Me encogí y sentí como pequeñas agujas clavarse en mi piel; dolor, no dolor por el golpe, este era más… fuerte. Era en el corazón.

No respondí. No quería recordar que había pasado en su habitación. Katherine, había dicho el. Caminé a tientas por la orilla, guiándome con la pared, esperando que con la luz apagada no se diera cuenta. Me tomó de la muñeca y comenzó a torcer mi brazo, mientras yo intentaba con todas mis fuerzas liberarme, más era como si todo fuera en vano; era mucho más fuerte que yo.

-No te vayas, preciosa.- dijo antes de reír.- el juego apenas empieza.

No iba a gritar. Estaba claramente divertido. Y lo divertiría más si me veía asustada. Eso no iba a pasar. Comencé a trazar planes en mi mente de que hacer, pero no era nada productivo. El miedo nubló mis ideas y sentido de supervivencia. Aunque… era hombre, y los hombres tienen un punto débil…

Me tomó de las manos y las puso sobre mi cabeza estrellándome fuertemente contra la pared. Era el momento perfecto. Lancé la patada a su entrepierna, pero la esquivó fácilmente.
-No. No. No.- dijo con gracia.- Ahí no se les pega a los hombres.

El me lanzó un golpe al estómago y me dejó sin aire. Comencé a toser bruscamente mientras me soltaba y caía al suelo luchando por recuperar el aire. Puse mis manos en mi estómago cubriéndome, pero dolía igual. Empecé a llorar violentamente mientras entre jadeos y pequeñas bocanadas de aire recuperaba mi aire.

-T… Tú…- farfullé entre tosidos.- Me… las… vas… a pagar.

-¿Yo? ¡No me hagas reír estúpida niñita!-gritó. Enredó fuertemente sus dedos entre mi cabello y me jaló del cabello para levantarme. Otro alarido de dolor se me escapó. Hizo mi cabeza hacía atrás, dejando expuesto mi cuello, mientras acercaba su rostro hacía mí. Rió por lo bajo y pude ver como abría su boca, como queriendo morderme.

Fue en ese momento, que divisé unos dientes, mejor dicho colmillos, blancos y filosos. Sus ojos se volvieron rojos y comenzó a reír. Una palabra vino a mi mente. Vampiro.

-¡Ayuda!- grité con todas mis fuerzas.- ¡Alguien ayúdeme por favor!

Me dio una fuerte cachetada que hizo que mi cabeza se girara a un lado provocándome un fuerte dolor de cuello.- ¡Cállate!- gritó antes de volver a acercarse a mi cuello.

La puerta se abrió dejando entrar aire y la silueta de una chica se asomó por ella.

-¡Suéltala!- gruño. Más amenazadora que la chica de la fiesta.

-Tú… tú no puedes… tú estas…- tartamudeó Taylor, con la sorpresa claramente escrito en sus facciones.

-Creo que no. Aquí me tienes. Así que si en algo valoras tu vida, Su-él-ta-la ¡YA!- gritó la chica. La luz se prendió de golpe y pude ver su cabello chocolatozo y sus ojos grises, idénticos a los de… Trevor. La puerta se elevó en el aire y golpeó a Taylor, el cuál, al recibir el impacto, cayó al suelo liberándome de su agarre.

-¡Maldita seas, Katherine!- gritó Taylor.- Les juro a las dos que me las van a pagar. Se van a arrepentir de esto.

-Espero tu venganza.- respondió la chica. Katherine, ella era Katherine. La puerta volvió a flotar y volvió a golpear a Taylor, el cuál lanzó un gruñido que me hizo temblar de terror. La ira deformó su rostro, pero salió corriendo a una velocidad increíble del baño.

Caí al suelo y ella corrió hacía mí. Me miró con ternura al principio, pero con ira y preocupación después. Me acomodó en sus brazos y quitó el cabello de mi rostro.

-Dest, ¿estás bien?- preguntó preocupada.

-¿Cómo… sabes… quien… soy?- balbuceé. Rió por lo bajo y la fulminé con la mirada.

-Yo se perfectamente quién eres.- respondió confiada. Sus ojos. Sus ojos eran idénticos a los de Trevor. Por poco me recordaron a unos que había visto en un sueño años atrás. Se parecía un poco a Trevor, hasta, podría jurar que se parecía a mí.

-¿Quién eres?- pregunté sintiendo un poco de miedo. Sonrió y me abrazó con un poco más de fuerza de la necesaria. Aullé nuevamente del dolor y me soltó, pero dejándome en sus brazos.

-Lo siento.- dijo apenada.- ¿Qué te duele?

-El brazo, la pierna y la cabeza.- dije torpemente. Comenzó a examinarme con la mirada y tocando mis brazos y piernas, llorando por el dolor cuanto tocó mi brazo izquierdo, mi pierna derecha y la parte trasera de mi cabeza.- No me respondiste.

-Soy… Katherine.- dijo dulcemente, como me hablaba Trevor.

-Eso ya lo sé.- dije antes de toser nuevamente.- ¿Pero como me conoces?

Traté de incorporarme, pero el dolor me lo impidió y caí nuevamente en sus brazos. Le dirigí una mirada de disculpas, y ella sonrió.

-Te pareces mucho a mi hermano.- dije al final. Ella sonrió como me sonreía Trevor cuando me lastimaba.

-Necesito llevarte a un lugar seguro.- dijo ignorándome. Me tomó en brazos y me sacó de ahí.

Caminamos por el pasillo, con mis constantes quejidos y alaridos, hasta que vimos a un doctor, que al verme, corrió hacía nosotras y estiró los brazos para cargarme, pero Katherine me abrazó con más fuerza.
-¡Señorita! ¿Qué le pasó?- preguntó el doctor alarmado.

-Ella… es mi amiga, e iba por las escaleras de su casa y tropezó.- dijo preocupada. Sonrió débilmente y el doctor mandó a traer una enfermera y una camilla para mí.

Me recostaron en la habitación 138 y me conectaron unos cuantos cables. Katherine estuvo a mí lado todo el tiempo. El doctor dijo que por ahora debía descansar y moverme lo menos posible, para mañana hacer un diagnóstico. Ya que estuvimos solas, le pregunté:

-¿Ya me puedes decir quién eres y por que sabes quien soy?- pregunté decidida a averiguarlo. De pronto, se oyeron unos lloridos por el pasillo. Ever y Damen. Katherine maldijo por lo bajo y besó mi frente.

-Debo irme. Estaré al pendiente de ti.- dijo, antes de salir como rayo por la puerta…







Creo qe debo disculparme x tardar:$
no vuelve a pasar!
xoxoxox♥

miércoles, 17 de marzo de 2010

18.1 Estupida!

Me senté en la cama, sabiendo que iba a estar sola y nadie vendría conmigo. Una imagen llegó a mi mente; un choque, una chica de ojos grises con sonrisa burlona, sangre, mucha sangre, un auto destrozado, veía la silueta de alguien dentro del auto, pero no veía quien era.

El pecho comenzó a dolerme, no podía respirar, era como si algo estuviera asfixiándome, como si hubiera algo sobre mí, cubriéndome por completo, no podía ver nada, no podía gritar o moverme. Nada. Estaba atrapada.

La puerta se abrió y ese peso se esfumó. Era Ever. Tenía los ojos llorosos y respiraba irregularmente.

-Dest… Dest…- decía una y otra vez entre pequeños sollozos que le impedían articular otra palabra.

Me levanté rápidamente y corrí a su lado. Estaba recargada en la pared como si no pudiera caminar. Respiraba hondo una y otra vez, como tratando de calmarse pero era en vano.

-Ev… Ev…- la llamaba, pero solo movía la cabeza de un lado a otro. Puse su brazo sobre mis hombros y como pude la llevé a sentarse a mi cama.- Ever, ¿qué pasa?

-Lu… Lu…- trataba de decir pero no podía terminar la frase.

-¿Lu qué?- pregunte ansiosa. No me molesté en esconder la desesperación en mi voz. Puso sus manos en mis mejillas, temblaban tanto que yo me transmitía esos temblores.

-Destiny… necesitamos ir al hospital.- dijo ya que se hubo calmado un poco.

-¿Hospital?- pregunté sintiendo nauseas.- Ev, ya dime que pasa, me estas asustando…

-Lucas…- dijo. Ese simple nombre hizo que me helara, me paralizara. Fue como si mi mundo se hubiera caído en miles de pedazos bajo mis pies.

-Vamos.- dije tratando de esconder mi preocupación, evitando desmoronarme antes de saber que pasaba.





Entré por las puertas de vidrio al hospital sin esperar a Ever o Damen. No sabía que esperar o si debía estar con el. Me acerqué a una mujer en un escritorio, de unos 50 años, con unos lentes muy gruesos y cabello canoso. Sonrió cálidamente y me miró preocupada.

-¿Qué sucede, cariño?- preguntó.

-Lucas Russo.- dije, sintiendo una oleada de dolor recorrerme al pronunciar su nombre. No podía creer que unas horas atrás había estado con el, lo había besado, lo había abrazado, había inspirado su aroma y sentido su calor. La mujer tecleó algo en la computadora e inspeccionó lo que decía.

-Lucas Russo.- repitió.- Habitación 125, tercer piso. A la…

Fue lo único que alcancé a oír, pues salí corriendo a toda prisa. Corrí a toda prisa por el pasillo, ignorando las miradas irritadas de las personas que pasaba. Presioné el botón para llamar al elevador y este se abrió rápidamente. Me metí y apenas oí la música, mi corazón se estrujó; era la canción de “Two is better than One” de Boys like Girls. Las puertas abrieron y corrí a buscar la habitación.

Me detuve frente a una puerta blanca. Habitación 125 en el tercer piso. Puse mi mano en la perilla y me detuve. No sabía que esperar. No sabía como se encontraba o que le había pasado. Abrí la puerta lentamente hasta que fui capaz de entrar.

Ahí estaba recostado, con los ojos cerrados. Tenía unos cuantos cables en los brazos, los cuales no pude nombrar, pero sabía que le suministraban un suero. Un BIP se oía por toda la habitación; su pulso. Tenía unos tubos para respirar en la nariz y una máquina se movía al compás de cuando su pecho se movía al respirar.

Me acerqué llorando, con un nudo en la garganta. Acaricié su cabello y me acerqué un poco a su rostro. Le di un rápido beso y atraje una silla para sentarme junto a el. Tomé sus manos entre las mías para calentarlas y el dio un suspiro. Las puertas se abrieron y eran mi prima y Damen.

Caminaron en silencio hacía mí, mejor dicho, hacía Lucas. Ever lloraba un poco, pero no tanto como yo.

-Todavía no sabemos que le pasa.- dijo un poco preocupado Damen. Me medió sonrió y abrazó a mi prima. Por un momento pensé que me perdonaría.

La puerta se abrió nuevamente y entró un hombre un poco regordete, con una larga bata blanca y un estetoscopio en el cuello. Nos escrutó con la mirada y miró una tabla con unos papeles que llevaba en la mano mientras negaba con la cabeza.

-¿Son parientes del joven?-preguntó con tono formal. Damen y yo nos miramos sorprendidos, pero mi prima se aclaró la garganta y sonrió.

-Yo soy su hermana. El es nuestro primo y ella es su… novia.- dijo señalándonos. Tardó mucho en pronunciar la última palabra, como si no estuviera segura; me puse a pensar, y ni siquiera yo estaba segura de que éramos. La miramos con la boca abierta, ahogando la risa ante su muy bien utilizado talento para mentir.

-¿Y sus padres, señorita?- preguntó con el mismo tono formal.

-Este… mamá y papá salieron de viaje, así que somos su única familia aquí.- dijo poniendo una sonrisa inocente. Comencé a reír y todos me fulminaron con la mirada.

-¿Usted y su primo podrían venir para decirles el diagnóstico? Solo familia.- dijo enfatizando la palabra mientras me miraba ceñudo.

-Claro.- dijeron Ever y Damen al mismo tiempo. El doctor hizo señas de que lo siguieran y salieron de la habitación. Me quedé ahí, sentada, sin idea alguna de que hacer. Me dolía todo, absolutamente todo, hasta lo más recóndito de mi corazón. Era un dolor diferente al que alguna vez había sentido antes. Me quedé sola con Lucas. Lo único que oía era el latido de su corazón por la máquina.

Acaricié su frente y sus mejillas, esperando deleitarme con la calidez de su piel, pero encontrándome con que estaba frío. Tenía unos cuantos moretes y cortadas en brazos, manos, cara y frente, pero se veía igual de guapo y encantador.

-Due… Duele.- dijo Lucas con un hilo de voz. Lo miré atónita y por un momento pensé que tal vez estaba despierto.

-Sé que duele, pero todo va a estar bien.- dije tomando su mano y besándola.

-Ka… Katherine.- dijo en un suspiro. Mi corazón se detuvo. Casi pude oír la fractura de este. Katherine. Otra de sus novias. Salí casi volando a la puerta, limpiando las lágrimas que me impedían ver, pero cuando llegué a la salida, Damen y Ever ya estaban entrando.

-¡Dest!- gritó Damen. Tomó rápidamente mi mano, pero de un brusco movimiento me liberé.

-¡Déjenme sola!- le grité. Se quedó quieto y su mano cayó a su costado. Corrí por el pasillo a toda velocidad, como si eso fuera a aminorar mi dolor. “¿Como le pude creer? ¿En qué estaba pensando al defenderlo con Damen? ¡Que estúpida!” pensaba una y otra vez, recordando el momento que dijo que me quería, que era todo para el.

Entré al baño de chicas, y me paré frente al espejo. Tenía el cabello despeinado, los ojos rojos e hinchados y respiraba entrecortadamente. “Que patética eres” me dije a mi misma con amargura. Abrí la llave del agua y comencé a mojarme la cara.

De pronto, las luces comenzaron a tintinear, dándole un aspecto lúgubre y aterrador al lugar. Parecía un baño de esas películas de terror en la que siempre pasa algo malo a la chica buena.

-Hola, Destiny.- dijo alguien a mi espalda. Di media vuelta y me quedé helada. Taylor. Reía burlonamente, sumamente divertido.- No creíste que esto se iba a quedar así, ¿O sí?- dijo riendo macabramente, mientras se me iba la voz y mis piernas se clavaban al suelo…








Las amo! ♥

lunes, 15 de marzo de 2010

17.1 Lo sabe?

“Cause even when I dream of you, the sweetest dream will never do, I’d still miss you babe, and I don’t wanna miss a thing...”- I don’t wanna miss a thing, Aerosmith-



Lucas POV

A duras penas fui capaz de salir de la casa de los Boudelair. No quería irme, sentía como si hubiera dejado todo mi ser ahí, como si algo me atara a ese lugar, un lazo tan fuerte, tan poderoso, que era imposible ignorarlo, negar que existía.

Destiny.

Su voz estaba grabada en mi mente. Su aroma era lo único que deseaba oler. Su sonrisa lo único que deseaba ver. Sentir su calor junto a mí, ser capaz de saber que esta bien. Al fin, sabía que ella sentía lo mismo por mí, o casi lo mismo, por que dudo que sea posible que me quiera como yo a ella.

Manejé un par de kilómetros lejos de la gran casa hasta que una idea iluminó toda mi mente. Di media vuelta al auto mientras la alegría que sentía crecía se acumulaba tanto que ya no cabía en mí.





Me paré frente a su ventana, había un pequeño balcón en el segundo piso. De un rápido salto llegué hasta el balcón y me acerqué a las puertas de vidrio, que para mi fortuna estaban abiertas.

Las abrí cuidando no hacer mucho ruido y las cerré de la misma forma. Oí un ligero suspiro a mí y me giré. Toda la habitación se iluminó. Ahí estaba ella, tan perfecta, soñando, sin ninguna preocupación en sus facciones. Me acerqué un poco más para ver si ahora si era capaz de “oír” sus pensamientos, pero no, los había protegido, como de costumbre desde que la conocí.

Me senté cuidadosamente junto a ella y la observé con cuidado. Me hubiera podido quedar para siempre así, viéndola dormir, despierto aunque el cansancio me matara, solo para verla respirar. Verla sonreír en su sueño, mientras estaba lejos de todos los problemas que hay en el mundo, todos los peligros que la rodean sin que ella siquiera los note, siendo yo uno de los mayores para ella.

Me podría quedar así toda la vida, no me importaría, por que cada momento que estoy cerca de ella, es un momento en el cielo.

-No te vayas.- dijo.

Me levanté rápidamente de la cama, temiendo que se hubiera despertado, pero solo suspiró pesadamente, dándome a entender que seguía dormida. “Que linda, habla dormida”, pensé.

-Trevor, no me dejes sola.- habló nuevamente y una lágrima corrió por su mejilla. Ella era mi ángel, y no está bien que los ángeles lloren. La limpié con mi dedo y besé la lágrima, saboreando lo salada que era.

-Hermano, te extraño.- dijo después de unos 10 minutos.

-Lo dice muy seguido.- dijo una voz cantarina a mí espalda. Me di media vuelta asustado, pero solamente era Ever.- Lo extraña. No la culpo, yo también lo extraño mucho.

-¿Cuánto llevas ahí?- pregunté nervioso.

-Prácticamente desde que entraste.- dijo sonriendo débilmente. Le dirigí una mirada desaprobatoria, y añadió: -Peleó fuertemente con Damen y quería asegurarme que durmiera bien.

-¿Pelearon? ¿Por qué?- pregunté ansioso. Quería saber que la entristecía.

-Vamos a tomarnos un café a algún lugar y te respondo lo que quieras.- dijo mostrando las llaves de su auto. Besé a Destiny en la frente y asentí con la cabeza.

-Vamos.- dije, para seguirla por la puerta…





-¿Ella sabe lo que son?- pregunté un poco curioso ya que estábamos en el café; un Starbucks en Wake Forest.

-Sip.- dijo sonriendo y después dio un trago a su café. Habíamos venido en autos diferentes por que de ahí cada quien iría a su casa.
-¿Por qué?- pregunté. Pensándolo bien, había muchos que no sabía de Destiny, pero tal vez esa es una de las cosas que me encantan de ella.

-Mira, Lucas…- dijo seriamente. Puso sus manos sobre la pequeña mesa y dio un suspiro cargado de tristeza.- Cuando Trevor murió, Destiny su puso horriblemente mal. No comía, no dormía, no nada. Si lograba conciliar sueño, se despertaba al poco tiempo gritando y llorando histérica, por que decía que tenía miedo a que la dejáramos sola, que la abandonáramos. Ella tenía 12 años, pero eso le dolió en el alma.

-Ev, yo no supe eso hasta que Dest entró a la escuela y ella me contó que murió.- dije un poco avergonzado. Ella sonrió dulcemente y puso sus manos sobre las mía.

-Como te decía,-continuó.- Ella al principio estuvo enojada con la vida, pero después pasaron unos cuantos meses que estuvo molesta con Trevor, por que el le había prometido que siempre estarían juntos, y el no había cumplido. Ella temía quedarse sola, así que yo y Damen hablamos con mi tío Robert y mi tía Elizabeth, y le contamos todo, absolutamente todo sobre lo que somos. Lucas, ella tiene un pequeño “miedo”, no soportaría perder a alguien que en realidad quiere, y por alguna razón, creo que tu vas incluido en la lista.

Sonreí ante sus palabras, pero también me embargó una profunda tristeza por su dolor. Yo sabía lo que era perder a una persona que amas. Se lo mucho que duele y te marca, por eso comprendía su dolor.

-Así que, Lucas, si no va enserio esto con ella, por favor, aléjate lo antes posible. No soportaría verla sufrir así otra vez.- dijo ella, más triste de lo que nunca la había visto.

-¿Lo extrañas? A Trevor, me refiero.- pregunté. Ella me miró y comenzó a llorar.

-Claro que si.- dijo entre sollozos.- Era mi primo, crecimos juntos, aprendimos a manejar nuestras habilidades juntos, él, Damen y Yo.

-Ev, te juro que si hubiera sabido lo de Trevor, hubiera estado ahí ustedes, yo no supe.- dije tristemente.

-No te preocupes.- dijo tratando de calmarme.- Te fuiste mucho tiempo, no sabíamos como localizarte, además, no te quería preocupar.

-Ev, una pregunta. Dest, ¿ella es como ustedes?- la pregunta se sentía rara en mi boca, como si hablara de un monstruo, cuando en realidad era la criatura más hermosa del universo.

-Claro que no.- dijo riendo, limpiando sus lágrimas. –Ella es 110% humana.

-¿Entonces como hace eso de proteger sus pensamientos?- pregunté recordando nuevamente que nunca había podido acceder a su mente.

-Damen le mostró para que tuviera un poco de “privacidad”- dijo recordando ese día, mostrándome las imágenes. Reí viendo a Damen molesto por que Destiny no entendía; nunca había sido muy paciente, pero con ella era y con Ever todo era muy diferente, era como si fuera capaz de hacer cualquier cosa por ellas, “sus chicas”.

-Claro que lo es, cualquier cosa por nosotras, al igual que yo por ellos. Dest, es como nuestra hermanita.- dijo respondiendo a mis pensamientos.- Solo que hoy pelearon muy feo. Damen salió de su cuarto realmente herido, la única que vez que lo he visto así fue… hace mucho tiempo.

-¿Y por qué pelearon?- quise saber, por Destiny y mi mejor amigo. +

-No te diré por que pelearon, tu pregúntale a Dest.- dijo con humor.

-Eso planeaba hacer, no preguntarle a una loca como tú.- le dije riendo. Me sacó la lengua y siguió tomando su café.

-¿Y enserio la quieres?- preguntó como si nada.- Lucas, eres mi mejor amigo, y te quiero muchísimo, pero, no te ofendas, eres un poco…

-¿Mujeriego? Lo sé.- completé su oración. Se sonrojó levemente y eso me hizo reír.- Ev, no seré así con ella.

-¿entonces si la quieres?- preguntó. No me sorprendía su preocupación, después de todo, es su prima y me conoce más que bien.

-No lo sé.- dije finalmente. Me miró confundida y sumamente preocupada, pero proseguí. –Ev, no sé como llamar esto. Es como si siempre la hubiera conocido, como si siempre la hubiera buscado sin saber que existía, y ahora que la encontré, siento como si mi lugar fuera con ella. Me deja sin palabras cuando me habla, cada gesto o movimiento que hace me roba el aliento. Como si supiera exactamente como desarmarme con una simple mirada. Ella es todo para mí. Es diferente a todo lo que conozco. No la vi venir, me tomó por sorpresa y me robó el maldito corazón, y no me pude resistir.

-¡La amas!- gritó con la voz cargada de alegría. Me miró con ternura y se levantó a abrazarme. – Sigue.

-Ev, es como si fuera capaz de hacer cualquier cosa solo para oírla decir mi nombre. Soy capaz de hacer cualquier cosa solamente para evitar lastimarla. Preferiría morir a verla herida.- terminé. Lo que decía era todo verdad, más verdad que todo lo que alguna vez dije en mi vida.- Me hace querer ser una mejor persona, solamente para verla feliz. Yo nunca planeé esto, no sé que es. Sigo buscando una explicación para como me siento, pero no hay ninguna. No hay palabras para lo que siento.

-La amas. Estas completa e irremediablemente enamorado de ella.- dijo con dulzura.- Te apoyo en esto. Cualquier cosa, cuentas conmigo, ¿oíste?

-Si. Gracias. Eres la mejor.- dije antes de abrazarla nuevamente, no estando muy seguro si amor era la palabra, y seguir platicando y tomando nuestros cafés.




Emprendí el largo camino de vuelta a casa por la carretera. Solo pensaba en Destiny. En nada más. Y bueno, tal vez un poco en las palabras de Ever. Di una curva, iba demasiado rápido, por lo que no la vi.

Estaba parada a media carretera. Inmóvil. Giré bruscamente el volante, pero por la lluvia la acera estaba resbalosa, así que el auto comenzó a girar, me golpeé varias veces la cabeza con la ventana ya hecho trizas y el volante, hasta que el auto se detuvo por un choque contra un árbol. Podía sentir el agudo dolor en mi cabeza, mientras la sangre corría por mi frente y mis brazos.

Se acercó a mí con paso majestuoso. Su cabello color chocolate, le enmarcaba el rostro, y sus ojos grises se veían aún en la oscuridad.

-¿Ka… Katherine?- balbuceé torpemente antes de que una inmensa oscuridad se apoderara de mí…






Perdon!perdon!perdon!
Y a esta qe le pasa? es una incumplida! =$
Perdon! es qe iba a publicar el viernes, lo juro, pero mi mejor amigo me necesitaba y no lo podia dejar solo, apenas ayer me dijo qe ya todo estaba bn y asi.. =(
Perdon!perdon!perdon!

miércoles, 10 de marzo de 2010

16.1 Dejame

Me alejó suavemente de él, y me abrazo firmemente contra el. Yo hice lo mismo y no pude evitar sonreír de la felicidad. No puedo describir lo que sentía en esos momentos; era algo mucho más grande que felicidad, algo más fuerte que cariño y algo mucho más complicado que un simple: “Me gustas.”

Una imagen apareció en mi mente; Damen y Ever me esperaban molestos en la puerta de la casa. Me aparté rápidamente de Lucas y me miró un poco triste.

-Me esperan en la puerta.- dije sonriendo. Me paré rápidamente sobre las puntas de mis pies y le di un rápido beso en los labios, a lo cuál respondió dulcemente y me tomó de la mano, mientras nos dirigíamos a la gran casa.

-Un momento.- dijo deteniéndose.- ¿Cómo sabes que te esperan en la puerta? No hay nadie ahí.

Me quedé quieta, sin saber que decir. Ni yo misma sabía lo que me pasaba, ni por qué confiaba tanto en esas “visiones”, pero sabía que era verdad, que era algo que pasaría. Mordí mi labio inferior pensando en que contestar.

-No sé.- dije vacilando un poco.- Creo que conozco demasiado a mi prima y a Damen como para saber cuando me van a buscar.

-Mmm… Eres una mentirosa.- dijo riendo.- Una muy hermosa.

-Gracias por el cumplido.- dije feliz de la vida. El solo rió y dio un ligero apretón a mi mano.

-Vamos.- dijo señalando con la barbilla la casa. Asentí y pasó un brazo por mi cintura y me acercó a el, eliminando por completo el espacio entre nosotros y calentándome con su cuerpo.

Caminamos en silencio hacia la casa. Cuando íbamos llegando, Ever y Damen salieron, ambos con los brazos cruzados, los labios presionados y su mirada era una mezcla de enojo, alivio y sorpresa.

-¿Lu… Lucas Russo?- preguntó un poco insegura Ever.

-Hola Ever. Hola Damen.-dijo Lucas muy tranquilo. Lo miré incrédula; les hablaba como si los conociera. ¿Se conocían?

-¡Lucas!- lloró Ever. Se lanzó hacía el y esté la atrapó en sus brazos. Ella se quedó ahí, era un completo mar de lágrimas.

-¿Se conocen?- pregunté sin saber que pasaba. Damen me miró de pies a cabeza enojado, realmente enojado; nunca lo había visto así y menos conmigo. Después de unos segundos noté por que estaba tan enojado; estaba completamente mojada, mi ropa sucia, incluso mi blusa estaba un poco rota por los vidrios del espejo en la fiesta y mi cabello totalmente despeinado. Me sonrojé y aparté mi mirada.

-No es lo que crees.- dije con un hilo de voz.

-Guárdate tus explicaciones.- dijo cortante.

Me estremecí y me acerqué a él pero solo me ignoró. Mis ojos comenzaron a arderme y se me hizo un nudo en la garganta. Carraspeé un poco para contener las lágrimas y me quité el cabello del rostro.

-Si.- dijo Ever con los ojos hinchados y la voz temblorosa.- Claro que lo conozco.

Damen se acercó a Lucas y le dio un ligero golpe en el brazo y se dieron un rápido abrazo riendo. Ever volvió a abrazar a Lucas mientras yo veía la escena confundida; “Esto demuestra lo poco que los conoces”, pensé.

-¿Me pueden explicar que pasa?- demandé.

-¿Qué tal si tu nos explicas que hacías a estas horas con esta lluvia y frío afuera besándote con el?- preguntó Damen. Vaya que si sabía como matar un ambiente romántico con suma facilidad.

Ever le dio un fuerte codazo en las costillas pero el solo la alejó de Lucas y la acercó a el para besarla. Me sonrojé y luchaba por contener las lágrimas. ¿Por qué me hablaba así?

-Nos conocemos hace algún tiempo.- respondió Lucas.- Ehh… Damen, Ever, yo y Dest, este… La traje de una fiesta.

Ever sonrió más que feliz y añadió:

-Somos viejos amigos.- dijo sonriendo. Lucas carraspeó y Ever lo volteó a ver unos instantes. Se miraron unos momentos y Ever sonrió apenada y después asintió, Damen hizo lo mismo, pero cuando nuestras miradas se conectaron, rápidamente miró a otro lado.

-Lo conocimos en la escuela el año pasado.- respondió fríamente Damen.

Ever me miró con preocupación y Lucas que había notado todo me abrazó y hundió su rostro en mi cabello.

-¿Gustas entrar, amigo?- Preguntó Ever, que sin esperar su respuesta, lo estaba jalando de la manga de la chamarra dentro de la casa.

-Ev, - dijo, pero mi prima estaba tan emocionada que no oía razones ni quejas de nadie. – Ev, debo irme. Es tarde.

Mi prima comenzó a hacer pucheros y se cruzó de brazos mientras daba pequeños brincos, parecía una niña pequeña. Con sus ojos de cachorrito y su carita de “por favor…” siempre lograba convencer a todos.

-Ev, por favor. Te prometo venir mañana.- dijo Lucas con la mirada más convincente que tenía. Yo y Damen comenzamos a reír y ellos nos dirigieron miradas asesinas.

-¿Lo juras?- preguntó sintiéndose derrotada.

-Por supuesto.- respondió y la abrazó nuevamente.

-Está bien, Lucas.- dijo por fin Damen, pero con voz algo fría.- Mañana nos vemos.

-Claro, no le puedo fallar.- dijo dirigiéndole una sonrisa a mi prima, la cuál le dio un beso en la mejilla y entró dando unos cuantos giros y brincos a la casa. Damen también se despidió, pero en vez de entrar a la casa, se quedó en la puerta viéndonos.

-¡Damen Alexander Oconnor! ¡Entra a la casa ya!- gritó mi prima desde adentro. Comencé a carcajearme, y Lucas ahogó la carcajada, pero Damen me dirigió una mirada de “Ni lo sueñes”.- ¡Si no entras en este momento te juro que desde hoy duermes en el sillón!

Damen dijo algo inteligible pero se quedó en la puerta. Mi prima se asomó por el marco de la puerta y lo tomó de la mano.

-Ya.- dijo decidida.

-Pero… pero…- dijo Damen, pero mi prima lo calló con un movimiento de mano.

-Pero nada. Déjalos despedirse.- esa fue su última palabra. Damen caminó dentro de la casa a regañadientes, no sin antes asesinar a Lucas con la mirada y Ever me guiñó un ojo.

-Perdón.- dije a Lucas apenada. Acarició mi mejilla y sonrió.- No se por que lo hizo. El nunca es así.

-No te preocupes.- dijo tiernamente.- Lo hace por que te quiere, no quiere que te pase nada.

-Pues no lo demuestra. Ojala dejara de hacer ese tipo de cosas. Me dejara sola.- dije sintiéndome molesta y algo herida. Me sorprendí de mis palabras y comencé a llorar.

-No llores.- dijo cubriéndome con sus brazos.- No digas eso. El te quiere.

No pude responder. Después de un momento, limpié mis lágrimas y le correspondí a su abrazo.

-Lo prometo son palabras importantes.- dije borrando todo rastro de tristeza de mi rostro.

-En ese caso, te lo juro, ángel.- dijo en mi oído, sintiendo su cálido aliento en mi oído, haciendo que me estremeciera.- No le digas a Ever, pero mi mayor razón para venir… eres tu.

-En ese caso, no me despido.-dije riendo. Su mirada se volvió sorprendida y me cargó como a una bebé.

-¡Bájame!- grité riendo, pues estábamos ahora bajo la lluvia. Una cortina dejó salir unos cuantos rayos de luz y nos miramos. Me volvió a besar antes de bajarme y me sentí mareada, no precisamente por las vueltas o por que me estuviera cargando.

-Adiós.- dijo alejándose de mi como si le doliera a muerte.

-Nos vemos mañana.- dije. Me besó una última vez y me revolvió el cabello aún más.

Lo vi subir a su auto y me despedí con un ligero movimiento de mano. Entré a la casa y cerré la puerta con fuerza mayor a la necesaria. Me dirigí a mi cuarto y azoté la puerta. Damen entró a mi cuarto y cerró la puerta fuertemente, incluso más que yo, provocando que las ventanas vibraran.

-¡Eso fue totalmente innecesario!- le grité, sorprendiéndome a mi misma de lo molesta que estaba.

-¡Claro que no!- me respondió. Nunca en mi vida, desde que tengo memoria, Damen me había gritado molesto, tal vez jugando, pero molesto, nunca.

-¡No me acosté con el! ¡No sabes ni que paso en la fiesta ni por que venia así!- dije, haciendo mi mayor esfuerzo por no llorar, cosa que me pasa cuando me enojo mucho.

-No, no se. Y por lo que vi antes de que saliéramos no quiero saber.- dijo, pero su expresión era de dolor.

-No sigo siendo la misma niña pequeña, Damen. Ya crecí. ¡Supéralo! Se lo que hago. Ya maduré.- mi voz se oía muy mal, como una mezcla de enojo, desesperación y tristeza.

-¿Maduraste?- dijo sarcásticamente.- ¡Si claro! Lo dice la niña que no sabe hacer nada sin que su prima o yo le ayudemos. La niña que llora en las noches por que todavía le teme a la oscuridad, ¡Por favor, Destiny! ¡No me hagas reír!

Cada palabra la sentí como un golpe en mi estómago. Su voz se iba haciendo más tenue cada segundo que pasaba, se iba apagando, dejándome completamente sola.

-¿Esto es por Lucas?- pregunté molesta, herida y confundida. Fui y me senté a mi cama. – Damen, creí que me ibas a apoyar con eso. Es Importante para mí.

-Lucas es mi amigo. Pero no voy a apoyar que estés con el. Quiero lo mejor para ti, Dest.- dijo suavizando un poco la voz.

-¡Adivina qué! ¡El es lo mejor para mí!. ¡Déjame sola! ¡Déjame tomar mis propias decisiones!- grité. Me miró sorprendido, pero después se encogió de dolor.

-¡Quiero que estés bien! ¡Lo mejor para ti!- gritó ya con la desesperación clara en su voz.

-¡Pues déjame sola!- grité.

-¿Eso quieres? Está bien.- dijo apretando los puños.- Yo te advertí. No vengas después a llorarme nada. ¿Oíste?

Salió de la habitación. Me tiré en la cama y lloré hasta que me quedé dormida.

Me desperté a media noche, llorando, acababa de soñar con el día que murió mi hermano. Nuevas lágrimas cayeron por mis mejillas al darme cuenta que estaba sola. Estaba completa y patéticamente sola. No más abrazos para que durmiera en paz. No más intentos de hacerme reír para que olvidara las pesadillas. Damen se había ido y no volvería a consolarme. Mi mejor amigo de toda la vida no vendría conmigo a consolarme. No más. Solo por que yo se lo había pedido.




o.O

viernes, 5 de marzo de 2010

15.1 Jamas

-Lo prometiste.- dijo tristemente antes de salir por la puerta haciendo ademán de que lo siguiera…

Me quedé ahí, observado como salía del baño. No tenía el valor para verlo a los ojos, ni las fuerzas para oírlo tan triste y decepcionado. Me tiré nuevamente al piso y cubrí mis rostro con mis manos, deseando encogerme y de una vez por todas desaparecer. Lo que más me dolía, era ver la cara de dolor de Lucas.

La puerta se abrió nuevamente y Me incorporé rápidamente. Lucas se recargó en el marco de la puerta con los brazos cruzados y la mirada indiferente.

-¿Vamos o te vas a quedar en tu fiestecita?- oí su voz. La oí como cuando me sucedió con la profesora; nunca movió los labios.

-N… No… Si voy contigo.- dije con voz ronca. Extendí mi mano para que me ayudara a levantarme, pero solo me miró tristemente y salió nuevamente del baño.

Salí siguiéndolo, a través de todo el gentío, mirando al suelo. Cada paso me costaba más y mi cabeza daba vueltas; eso ya no era por el coraje.
Podía sentir como mi corazón se esforzaba cada vez más por dar el siguiente latido y cada respiración hacia que me ardiera el pecho.

Me detuve y me acuclillé, recargando mis codos en mis rodillas y mi rostro en mis manos, respirando profundamente para quitarme los mareos. Recordé cuando había sido la última vez que me había sentido así; había sido el día después de que “oí” la voz de la profesora pero nunca articuló palabra alguna.

-¡Hey, tú!-gritó la feliz voz de Jake a mis espaldas. Me giré para encararlo y el sudor corrió por mi frente y mi cuello, seguramente dándome un aspecto horrible. Cuando vio quién iba a mi lado, se detuvo en seco y pude ver claramente como sus manos se convertían en puños y la feliz mirada que lo acompañaba, se tornó sombría e impregnada de odio. -¡Viene conmigo, Russo!

Lucas se tensó pero no le dio la cara, podía ver como los músculos en su espalda, brazos y prácticamente todo su cuerpo se tensaban. Jake le puso una mano en el hombro y lo hizo girarse bruscamente, pero Lucas le dio un golpe en la cara con el puño y Jake cayó al suelo, con una fina línea de sangre corriendo por su nariz y labio superior.

Me quedé perpleja, viendo la escena, indecisa de que hacer o decir. Caminé a trompicones a donde estaba Jake, pero Lucas me detuvo tomándome firmemente de la muñeca y jalándome a la salida. Le dediqué una mirada de disculpas a Jake, que seguía sorprendido por lo que acababa de ocurrir, y me dejé llevar.

Nos subimos a su auto a toda prisa, pues la lluvia caía incontrolablemente sobre Raleigh y a penas te permitía ver a unos cuantos metros frente a ti. Lucas no dijo nada mientras conducía, y yo pensaba en que decir o hacer.

-Te lo puedo explicar.- dije ya que íbamos saliendo de la ciudad. Se detuvo en una orilla de la carretera y comenzó a reír amargamente.

-¿Explicarme qué?-dijo sarcásticamente.- ¿Qué confié en ti y me mentiste? No, gracias. No necesito más decepciones o mentiras por hoy, Destiny.

-Si me das una oportunidad te juro que te doy mis razones de por qué lo hice y por qué te mentí.- dije conteniendo las lágrimas que amenazaban nuevamente con salir.

-No ocupo ninguna explicación.- dije tristemente. Golpeó el volante y recargó su cabeza en el.- Al cabo no somos nada.- dijo citándome amargamente.

Me sentí vacía; como si algo me estuviera quemando por dentro. Me giré a ver por la ventana y el suspiró pesadamente.

-Yo… te dije que no vendría por que no te quería preocupar.- admití. Era totalmente verdad. Lo miré a ver como reaccionaba y me miró sorprendido.- Al fin nos estábamos llevando bien y era algo muy importante para mí. No quería perder eso. No quería perder a otra persona importante para mí… y… no quería arruinarlo, ¿sabes? Algo en ti, me… me…

Me detuve. Sorprendida de lo que estaba apunto de decir. Se me hizo un nudo en la garganta y mis manos se movían nerviosamente sobre mi regazo.

-¿Algo en mi qué?- preguntó con auténtica curiosidad.

-Olvídalo.- dije secamente. Me arrepentí de haber iniciado aquella conversación, pero era muy tarde para arrepentirme. Algo dentro de mí me decía que no habría forma de terminarla sin acabar sintiéndome realmente estúpida.

-Dime.- dijo serio. Su cálida y suave mano se posó sobre la mía y la sensación de hormigueo me sobrecogió, extendiéndose por todo mi brazo.

-Cuando lleguemos a mi casa.- respondí, pensando en como le diría aquello.




Se detuvo frente a la gran casa y apagó el motor. Mi estómago estaba completamente revuelto, como si hubiera estado en un juego de esos que te dan muchas vueltas.

La lluvia seguía cayendo aquí en Wake Forest, solo que con más intensidad que en Raleigh. Abrí la puerta del auto y bajé rápidamente.

-¡Espera!- dijo Lucas, fuera del auto.- Creo que me debes una explicación.

-Si, creo que si.- dije resignada.- Pero antes contéstame algo…

-Mmm… -vaciló un poco, pero un brillo en sus ojos le iluminó el rostro. Con la lluvia, el era lo único que lograba ver. Estábamos completamente mojados y las gruesas gotas chorreaban por mi cabello.- Está bien.

-Dime la verdadera razón por la que no querías que fuera a la fiesta.- dije apenada de seguir con lo mismo.

-Era peligroso.- dijo acercándose más a mí.- No quería que te pasara nada…

Estaba parado a unos cuantos centímetros de mí. Una ligera sensación de calor me recorrió a pesar de estar tan frío afuera.

-Eres… tan… bella, simpática, tierna… tan delicada y frágil que no soportaría perderte. No se que haría si eso pasara, Dest.- dijo. Mis mejillas comenzaron a arder como nunca antes me había pasado. Acarició mi mejilla y cerré los ojos dejándome disfrutar el calor de su roce contra mi piel.- No sé que me hiciste, ni como o cuando ni donde, pero desde el día que te conocí, no puedo dejar de pensar en ti; dónde estás, qué haces, con quién estas, en qué piensas… o si piensas en mí…

-Lucas, yo…- dije, pero me interrumpió poniendo sus dedos en mis labios.

-Déjame terminar.-dijo con una leve sonrisa en los labios y toda la ternura del mundo reflejada en sus ojos. – Recuerdo el momento en que te vi por primera vez. Todo lo que hacías me fascinó; cómo movías tu cabello, cómo entornabas los ojos, cómo suspirabas, todo, absolutamente todo en ti era, es y será perfecto siempre. Cierro los ojos, y AHHH! Estás ahí. No duermo, no como, no vivo sin pensar en ti. Yo nunca antes me imaginé sentirme así… Me negaba a sentirme así alguna vez, pensaba que era tonto y una pérdida de tiempo. Pero ahora…

Me quedé quieta oyendo todo lo que decía, las palabras se grababan en mi memoria. Mis dedos estaban entrelazados con los suyos, pero seguí oyendo atenta, esperando saber en que terminaría esto, pero al mismo tiempo, deseando quedarme así por siempre.

-¡No puedo vivir sin ti!- gritó lo más fuerte que pudo.- Simplemente no puedo… No se qué hacer si no estás cerca. No puedo vivir sin ti, y no sé que hacer con eso, lo que si se, es que tengo mucho tiempo para asimilar todo esto. Siempre pensé que sabía lo que quería, quién era, pero luego apareciste tú y borraste todo eso. Te convertiste en mi realidad, mi sueño, ¡mi todo! Cuando te tengo cerca, siento tu calor y tu aroma, cuando te abrazo y siento el latido de tu corazón, se que todo está bien… Creo... que no se nombrar lo que siento…- miró a otro lado y apretó mis manos con más fuerza.

Se acercó a mí lo más que pudo. Nuestros cuerpos se unieron completamente y no le di importancia a la lluvia. Puso sus manos en mis mejillas acercó sus labios a mi rostro.

Rozó nuestros labios delicadamente y fue como si de pronto, hubiera tenido todas las fuerzas que necesitara para sobreponerme ante cualquier cosa, como si algo dentro de mí estuviera ardiendo de una forma extremadamente agradable y placentera. Aquel momento había estado bailando en mis pensamientos desde el primer día en que lo vi. Había olvidado donde estaba, que pasaba, lo mal que me sentía, y todo mal pensamiento se desvaneció de mi mente para siempre.

Se detuvo y me miró con la sonrisa más grande que alguien jamás pudiera dibujar en sus labios. Se alejo de mí y me crucé de brazos. Lo tomé por el cuello de la camisa y lo volví a atraer hacía mí. Me devolvió el beso y nos tambaleamos hasta que chocamos contra su auto, al cual yo quedé de espaldas, con él dándole la espalda a la casa. Me levantó y me sentó en la parte delantera del auto sin despegar nuestros labios, dejando nuestros rostros a la misma altura.

Bajó sus manos a mi cintura y yo enredé mis dedos en su cabello no queriendo que se alejara nunca. Respiraba entre pequeños jadeos al igual que Lucas. Me pregunté por que había estado negando esto por tanto tiempo, y me sentí completamente estúpida. Bajó sus labios a mi mandíbula, después dio un rápido recorrido de mi mandíbula a mi cuello y de ahí hasta mi hombro y de regreso a mis labios. No podía formular ningún pensamiento lógico y en ese comento, sintiéndome totalmente acalorada y extasiada, me di cuenta que nada volvería a ser igual jamás…







Perdon!! Se qe me tarde mucho.. pero tengo unas buenas razones.. Tuve un bloque de "escritora" y andaba algo triste, y como dijo stephanie Meyer, si escribia en ese humor probablemente terminaria matando a mi novioow♥ D:
=$

Les puedo pedir ayuda con algo?
Si ven algun vestido como para adolescente de fiesta en internet, me pueden dejar el link? =$

Gracias! =)

Pd. Prometo tratar de escribir MINIMO 2 o 3 veces x semana.. xoxo

lunes, 1 de marzo de 2010

Regalitho! (OneShoot)

Holaa!
Como se irán a dar cuentaa, este no es un capp.. Es más como que no se..XD Un regalitho, una ideaitha qe se mee ocurio anoche mientras me lavaba los dientees y oia musica! XD

Se me ocurrió así como que en la época que todo era más fácil, que conocías a esa persona especial y sabías qe era con qien qerias estar aunqe apenas l@ conocieras.

Y ps mis personajes en esa ideithaa fueron MI LucasXD y Dest.. Y me los imagine en la epoca en qe ella podria usar grandes y bonitos vestidos de epoca y peinados bonitos y delicados, enfatizando su belleza. Y donde Lucas usaria trajes y por las noches la visitaria a escondidas.

Donde se verian a escondidas viviendo su amor, se verian en el parqe o la plaza y compartirian abrazos y uno qe otro beso robado.. =)

Y NO! NO ESTOY ENAMORADA! Bueno, tal vez un poquitin de mi Lucas hermoxxo:P
Bueno, les dejo la historia antes de qe me maten x tanto hablar..:$ Y ps si les gusta diganme en los comments y le sigo con esa historiecitaa..!:P







La bella joven se sentó en la fresca hierba sintiendo los cálidos y abrasadores rayos de sol de aquel tan soleado día de verano.

Suspiró buscando alivio alguno para todo su dolor, pero se encontró sintiéndose tan vacía como aquel día hacía ya 3 años.

La suave brisa le revolvió los chocolatazos y delicados rizos que su prima le había peinado con tanto cariño, enviándolos a su rostro. Refunfuño un poco, pues el cabello en su rostro había interrumpido el hilo de sus pensamientos.

“¿Por qué el? ¿Por qué me tuvo que dejar sola?”, pensaba una y otra vez con amargura mientras recordaba con tristeza y melancolía años atrás cuando era una feliz joven de cabello rizado y chocolatozo, con ojos verdosos, corriendo y jugando inocentemente por el campo de pequeñas florecillas de todos colores, al lado de su hermano, aquel guapo joven de rubio cabello y ojos grises, con una sonrisa en los labios cada vez que su pequeña hermana reía.

Ahora, el ya no estaba, y la había dejado con un gran vacío en su interior. Una lágrima rodó tímidamente por su mejilla y ella la seco con su dedo. Levantó lentamente su suave mano y la colocó sobre su corazón, sintiendo cada pequeño latido darse cada vez más débil, cada vez con más esfuerzo.

De pronto, una ráfaga de viento, le quitó su rosado y vaporoso listón de encaje, el cual llevaba atado al cuello y había sido un obsequio de su hermano, y lo envió hacia un árbol a unos cuantos metros de ella.

El gran faldón de aquel tan delicado y bello vestido la hizo tropezar un par de veces, hasta que casi por arte de magia, logró incorporarse. Caminó con el sol dándole en los ojos, cegándola y obligándola a cubrirse con sus manos. Llegó al árbol, en cuyas ramas se había enredado su listón. La pregunta sería, ¿Por qué se tomó la molestia de escalar aquel alto y frondoso árbol por un torpe listón?

Fácil. Fue un regalo de su hermano y ahora su posesión más valiosa. Ya que hubo escalado hasta la rama más alta, rasgado su vestido, y con la punta de los dedos hubo alcanzado su listón, oyó el crujir de la rama en la que estaba parada.

Ahogó un grito y cerró fuertemente los ojos, esperando el impacto, pero se sorprendió al sentir algo diferente al suelo.

Fastidiada, temblando y algo acalorada, abrió lentamente los ojos y lo que vio le robó el aliento…

Un joven de cabello rubio un tanto oscuro, y ojos verdes un poco más oscuros que los de ella, la había atrapado en la caída y le sonreía tiernamente.

Ninguno apartó la mirada del otro, y el suave rubor se extendió delicadamente en las mejillas de la chica. Ambos sonrieron y el la puso lentamente en el suelo, con tal esfuerzo que parecía que le dolía a muerte alejarse de ella.

-Dest… Destiny Boudelair.- dijo ella torpemente, atropellando las palabras.

El joven que llevaba puesto un elegante traje negro, rió suavemente, como pequeñas campanas que repiqueteaban con la suave brisa veraniega. El tomó la mano de la chica y la elevó al nivel de sus labios para besarla.

-Lucas Russo.- dijo dulcemente.

Cuando la bella joven tuvo libre su mano, instintivamente la colocó sobre su corazón, y lo que sintió la dejó sin palabras…

Después de 3 años de sentirse fría y vacía, su corazón latía desbocadamente, haciéndola sentir más viva de lo que jamás había estado.