Soulmates

Sola. Esa fue la unica palabra que logró penetrar mi caparazón.



miércoles, 26 de enero de 2011

13.2 Respirar


Necesitaba respirar.

El aire parecía no llegar correctamente a mis pulmones y era como si algo estuviera presionando mi pecho para obstruir el paso del aire a mi cuerpo. Empecé a sentir una sensación de calor que empezó en la base de mi cuello y después de trasladó a mi cabeza y demás cuerpo. Mis manos comenzaron a temblar y creí que iba a sofocarme en el salón de clases.

Me levanté rápidamente de mi asiento, anhelando el preciado aire que tanto me faltaba y salí del salón de clases corriendo. Oí las protestas del profesor de matemáticas al llamarme para que regresara, pero mis pies no se detuvieron hasta que estuve fuera, en los jardines de la escuela.

Me dejé caer debajo uno de los grandes árboles del jardín y tomé grandes bocanadas de aire. Aún así, el aire pareció no llegar. Cerré los ojos con fuerza y me concentré en el ruido que lograba oír; aves cantando, voces a lo lejos, autos en la carretera…

— ¡Dest! — gritó alguien.

No pude girar la cabeza, o más bien no quise. La cabeza comenzaba a dolerme y mis pulmones todavía no estaban bien.

— ¡Oh, Dest! El profesor me envió a que viera por qué te habías ido así. — comentó Emily. Se arrodilló junto a mí y mi miró fijamente.

No podía sacarme de la cabeza la sensación de inseguridad cerca de ella, pero no tenía opción más que ignorarlo. Me sentía mal y estaba claro que no se iría hasta que tuviera algo bueno para contarle al profesor.

Me recargué en el árbol y estiré las piernas, que había tenido dobladas. Tomé una bocanada de aire, conté hasta diez rápidamente y la solté. Hice eso varias veces; probablemente unas veinte veces. Y Emily no se iba.

— Bien, puedes volver y decir que he tenido un ataque de ansiedad. — respondí después de un largo e incómoda silencio.

— No creo que le agrade oír eso. — murmuró. Se quedó en silencio un rato y después añadió. — ¿Sabes? Creo que empezamos con el pie izquierdo.

— No me interesa con qué pie empezamos, quiero estar sola. — espeté demasiado bruscamente para mi gusto.

— No lo creo.

Colocó una de sus manos sobre mis hombros, y lo que sentí, me aterrorizó.
El aire escapó bruscamente de mis pulmones y no pude volver a tomarlo. Me estaba ahogando. Esa sensación era imposible de evitar y además, mi cuerpo se estaba entumeciendo. Fui perdiendo el movimiento primero en las puntas de mis dedos, después de extendió a mis manos y brazos hasta que no quedo nada que pudiera mover.

Traté de tomar aire, gritar, lo que fuera, pero solo podía emitir pequeños gemidos ahogados que solo me quitaban el oxígeno que me quedaba. Por un momento fue como si la sangre se espesara en mis venas y no corriera más. Cerré los ojos para concentrarme en cualquier cosa excepto eso, pero me era imposible. Solo podía pensar en cuanto necesitaba respirar.

— Dest, ¿por qué te has ido así? — preguntó Lucas detrás de Emily.

Ella retiró su mano de mi brazo y la sensación se esfumó. La cabeza me zumbaba y mis latidos retumbaban en mis oídos tan fuerte que creí que mis tímpanos se reventarían.

Lucas se arrodilló frente a mí, y después de ver que algo no andaba bien, me tomó en brazos y echó a correr, tal vez a la enfermería.

Y yo sabía que Emily me había hecho eso.




— Bien, señorita Boudelair, me temo que no he encontrado nada malo. — informó la doctora a cargo. La mujer debía de tener unos treinta años y llevaba el cabello recogido en un pulcro moño. — Aún así, debería volver a casa, tomar algo para dormir y descansar el resto del día.

Gemí. No quería estar en casa. No desde que mis padres estaban ahí también. No quería encontrarme con ellos ni tener que hablarles porque simplemente los odiaba.

Lucas debió de notar mi incomodidad con eso, porque colocó una mano sobre mi hombro suavemente y le sonrió a la doctora.

— Creo que yo podré hacerme cargo de ella por unas horas.

— ¿Qué planea, señor Russo? — cuestionó la mujer, dudosa.

— En su casa no hay nadie, sus padres han salido de la ciudad y su prima se encuentra en Raleigh. — mintió él. — Creo que podría llevarla a casa. Mi madre le prepararía algo de comer y la arroparía hasta que pudiera llevarla a casa.

La doctora no se veía del todo convencida, pero ni yo podía estar todo el día en la enfermería, ni había nadie más que me cuidara, o eso le había hecho creer Lucas. Finalmente, ella suspiró audiblemente y asintió.

— Bien. Solo cuídela debidamente, señor Russo. Usted es responsable por lo que pueda pasarle.

— No se preocupe. — me miró afectivamente y añadió: — La cuidaré mejor que a mi vida.




Esa era la segunda vez que había estado en el departamento de Lucas. Igual que la última vez, todo estaba limpio y bien cuidado, moderno y elegante; tal vez demasiado para alguien de su edad. O tal vez no.

Constantemente olvidaba que era mucho mayor que cualquiera de los abuelos e incluso bisabuelos de mis compañeros de clase, ya que su comportamiento era el de alguien realmente joven.

Entramos y me obligó a sentarme en uno de los sillones negros que había en la sala. Protesté, pero no hizo efecto alguno. Me inspeccionó con la mirada un instante y después se sentó junto a mí.

— ¿Fiebre? — preguntó.

— No.

Colocó su mano sobre mi frente y después en mis mejillas.

— ¿Mareos?

— Tampoco.

Paseó sus manos delante de mí, esperando alguna reacción.

— ¿Vómito?

— Nada.

Se lo pensó un momento.

— ¿Embarazada? — sonrió.

— No tienes tanta suerte. —bromee, mientras le devolvía la sonrisa.

Ambos comenzamos a reír y pasó un brazo por mis hombros para tenerme más cerca. Recargué mi cabeza en su pecho y me recosté en él. Mis ojos se cerraban poco a poco y mi deseo de no dormir se desvanecía poco a poco.

— Acaba de recordar algo. — avisé. El lanzó un suave quejido amortiguado por mi cabello y mi sonrisa se ensanchó. — Nunca me has contado sobre tu familia y a la doctora le dijiste algo sobre tu madre.

Se tensó al instante. Sentí sus músculos contraerse repentinamente y un extraño sonido se escapó de su garganta. Me estremecí. Sentía curiosidad por conocer a los Russo, pero estaba claro que no me daría ninguna información sobre ellos.

No dijo nada. Se quedó sentado mientras me abrazaba y sentí su aliento en mi cabello.

— ¿Sabes qué día es mañana? — cambió drásticamente de tema. Señal de que mi último intento de conversación realmente no había sido el mejor.

Agité la cabeza en señal de “no”.

— Catorce de febrero. Día de San Valentín. — repuso.

— Oh. — fue todo lo que logré decir. Un nudo se formó en mi estómago y no fui capaz de decir otra cosa.

— Y tengo planes. Para ambos. Este será el mejor catorce de febrero de todos.






Llegué al restaurante al que habíamos acordado ir y le di mi nombre al recepcionista para que me llevara a la mesa que Lucas había reservado.

El hombre -que iba vestido con un elegante traje- me miró con extrañeza, pero aún así llamó a un mesero para que me llevara a mi mesa. El mesero, que debía ser apenas un par de años mayor que yo, me miró de pies a cabeza con detenimiento, despues negó con la cabeza y creí oírle murmurar algo cómo: "Vamos, Adam, no tiene caso".

La mesa tenía vista hacía afuera y podía ver por el vidrio la lluvia caer en las afueras de Wake Forest.

El meseró movió mi silla para que me sentara y ya que lo hice, me acercó a la mesa nuevamente. Se marchó un momento y volvió con una jarra de agua y una copa. Sirvió el agua y me acercó la copa junto a un menú.

— ¿Gusta ordenar algo, madame? — preguntó el joven mesero.

Vacilé un momento y después negué con la cabeza.

— Prefiero esperar a que llegue mi cita. — decidí.

Me miró como si pensara que no tenía caso, pero forzó una sonrisa y dijo:

— Cómo guste. Si necesita algo, no dude en llamarme.

Asentí y se marchó. Ahora si podía darle un buen vistazo al restaurante.

Tenía unos techos altos, de los que colgaban unos hermosos candelabros que parecían hechos de cristal y oro. Las pareces eran de un suave color crema, y la luz de las velas en las mesas y los candelabros, hacían parecer que todo ahí estaba hecho de oro.

La gente en ese lugar charlaba animosamente, y el restaurante estaba lleno de murmullos sobre todos los temas de conversación posibles. Las parejas se sonreían cálidamente unos a otros, compartiendo toda la felicidad que se les daba.

Solo faltaba algo, y ese algo era mi cita.

Lucas no llegaba.

Mi mesero, que al parecer se llamaba Adam, rondaba mi mesa sin cesar, preguntando una y otra vez si deseaba ordenar algo, pero mi respuesta siempre era la misma: “Cuando llegue mi cita”, y siempre obtenía el mismo gesto de desgane.

Esperé 30 minutos, y seguía sola, y mi celular tampoco sonaba con el timbre de llamada. Vamos, Dest, algo deber habérsele atravesado. Me dije a mi misma. Sabes que esta vez no te fallaría. No hoy.

El tiempo pasaba y yo seguía ahí sola, esperando por alguien que no llegaba. Mi intención era no comer nada hasta que llegara Lucas, pero mi estómago rugió audiblemente y no tuve más opción que satisfacer sus necesidades, ordenando un poco de spaghetti.

Lo comí lentamente, diciéndome que pronto llegaría. La decepción se abría paso en mi pecho rápidamente y no podía hilar ningún pensamiento que no fuera sobre que quería que llegara y que estaba segura que lo haría.

El tiempo pasó y nada.

— Yo sé que vendrá. — murmuré una última vez.

Adam, el mesero, se detuvo a un lado mío y me miró condescendientemente.

— ¿Te doy mi opinión? — preguntó tímidamente. Asentí y suspiró. — Yo creo que ese chico no se va a presentar. Lo siento.

Ahogué un sollozo y me levanté de la mesa. Tomé mi chaqueta y me la puse. Saqué unos cuantos billetes y los dejé sobre la mesa.

— Quédate con lo demás. — le dije a Adam, que me miraba sorprendido por la cantidad que había depositado en la mesa.

Salí del restaurante y el gélido viento me golpeó la cara. Le pedí a uno de los chicos que cuidaba los autos de las demás personas que llamara un taxi y así lo hizo. Agitó su mano en el aire y lanzó un fuerte silbido a un taxista que rondaba el restaurante.

El sonido que indicaba que había recibido un mensaje en mi celular se oyó y lo saqué con desgane. Sin mirar de quién se trataba, abrí el celular y leí el mensaje.

Perdón.
L

Lucas. Lo leí una y otra vez, pero solo logré aumentar más el maremoto de emociones en mi pecho. Lancé el celular al suelo y vi las piezas esparcirse por el suelo.

Feliz día de San Valentín para mí.


...



Hola! Antes que nada, solo quiero comentar que el blog cumplio 1 año el 31 de enero y soy una mala escritora por olvidar eso D:

Felicidades Blog! x3

Muero de ganas de publicar el cap. 15 (: Asi qe sabran de mi muy pronto (ahora si es enserio:$)

Cuidensee;;

6 comentarios:

  1. Hola Bianca !!!
    Wooow el capii estuvo genial !
    Pero pobre Dest... :'(
    Q le habrá pasado a Lucas ?!?! O.o
    Esa Emily... ¬¬
    X cierto, FELICIDADES x tu 1 año en bloguer !!!
    jajaja yo apenas tngo 1 mes jaja xD
    Ya kiero saber q va a pasar ! ^^
    Si puedes, pasate x mi blog con Ga, hay nuevos capiis y un concurso.
    Sigue escribiendo así de genial ;D
    Publik Pronto
    KiSsEs DaNy

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  2. Esa Emily no me cae nada bien.
    Ni Te Amo le puso en el mensaje Lucas u.u
    Saludos.

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  3. pobre dest, estubo igual que yo en san valentin sola :S pero con amigos..

    que le paso al idiota de lucas como le va a mandar solo un mensaje diciendo perdon!!!

    yo lo amo , y tu mas que nadie lo sabes pero por dios! es idiota dest tardarea en perdonarlo , y aparte lucas esta en la cuerda floja, tiene que demostrarle a dest que no es un simple romance como jake le dijo..

    dios encerio me hace enojar ese chico , pero quien no lo amaria!
    aajaj
    bueno cuidate y si leeiste mi propuesta del blog esa de un nuevo blog, me gustaria que fueras parte mandame un mail o si te veo conectada te explico.

    pss. si quieres claro
    bueno te me cuidaass y me muero por saber que va a pasar en el cap 15.^^
    debe de ser bueno por como lo dices ..
    jaja
    besos
    Nattaa♥

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  4. OW!!!
    INTRIGAAA MIL! XD
    Porq se puso asi al principio y cuando la toco?!?!
    Porq Lucas la dejó plantada?! (que le pasa?¬¬)

    AY! ME ENCANTAAAA!!!
    Publica pronto...
    please!! <3

    ily

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  5. Hola tu Blogs es excelente, en verdad no es por que " hay mira mi Blog por fa" no nada de eso jejejejeje) cuando nos proponemos en volar la imaginacion es sorprendente todas las ideas que se nos ocurren. la familia que has formado en tu bLOG ES hermoso todos pendiente de Desty y es hermoso darle vida a cada personaje. en verdad te felicito!

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  6. Tengo muchas cosas que decirle a Lucas
    Y ninguna de ellas es buena :@
    Por otro lado esa Emily es odiosa!
    Y por que Dest no le dijo a Lucas que Emily había sido la que le hizo eso.
    Pobre Dest
    Una nueva razon para odiar el 14 de frebero jeje

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