Soulmates

Sola. Esa fue la unica palabra que logró penetrar mi caparazón.



domingo, 11 de julio de 2010

43.1 Tranquila

-Feliz noche Buena.- nos felicitó Viena unos cuantos días después a Ever, Katherine y a mí.

Ladeé mi cabeza un poco recargándola sobre mi hombro y la ignoré. Desde la “preciosa” confesión de mi prima apenas y habíamos hablado. No podía creer que habían pasado ya como 3 días y nosotras seguíamos aquí. Menuda bruja que tenía como prima y menuda vampira que tenía como… nada.

Ella no era ni sería nunca mi hermana.

¿Por qué? Porque la odio. La odio con todas y cada una de las partes que me conforman. El odio que sentía por Katherine en esos momentos era casi comparable con el que sentía hacia la víbora de Megan o hacia Taylor. Bueno, tal vez no tanto, pero si la odiaba.

-Ev...- la llamé. Ella movió ligeramente su cabeza hacia mí y vi en su mirada su preocupación.- No, no estoy enojada contigo. ¿Por qué demonios Lucas o Damen no vienen por nosotras?

Ella suspiró y se encogió de hombros, señalando que no tenía ni la más mínima idea. Eché mi cabeza hacia atrás y la recargué contra la fría y dura pared. Esto me estaba matando; el no saber cuanto más tiempo seguiríamos en este lugar atadas y sin saber nada de nuestras familias y amigos. Hay mucha gente que dice que odia sus vidas, que quisieran más acción y peligro en ellas, pero si supieran lo que yo vivo, todo lo que me pasa, se quedarían con las de ellos mismos, o al menos yo haría eso. ¿Cómo pasé de ser una adolescente casi común y casi corriente a una fenómeno atrapada con su prima por unos vampiros psicópatas? Hubiera dado lo que fuera por saber eso.

-Dest…- susurró Katherine, o como la llamaba, la Innombrable.

-Tú… no me hables.- dije lo más… amable que pude. Intentó volver a hablar y me sacó de mis casillas.- ¡Compréndelo de una vez! ¡NO-ERES-MI-HERMANA!- grité.

-Pero…

Entonces, exploté.

-¡Pero nada! Un hermano está ahí y juega contigo. Te cuida y te ayuda. Te hace rabiar solo por diversión, y te molesta solo para ver tu reacción. Te defiende si alguien te molesta y te dice como defenderte. -tomé aire. Quería callarme, pero no podía, ese enojo que había estado reprimiendo exploró dentro de mí y no me quedaba de otra más que sacarlo.- Tú no eres nada mío, y será mejor que te lo metas en la cabeza. No sé porque te fuiste, ¿pero adivina qué? ¡NO ME INTERESA! Mi único hermano es Trevor y así se va a quedar.

Ella y Ever se quedaron calladas mientras Viena sonreía complacida. Todo mi enojo y frustración se arremolinó dentro de mí, como un huracán en medio del mar que destruía todo a su paso. Necesitaba sacar todo eso; sentía como si me estuviera asfixiando con todo lo que me estaba guardando para mí misma.

-Cuando MI hermano murió, fue un gran momento para que hubieras aparecido, pero no. No te molestaste en ir. No te interesó. Así que eso de amigas, olvídalo.- mi discursó estaba por terminar. Necesitaba tanto que alguien me abrazara que no pude contener las lágrimas.- No me hables, no me busques y no te acerques ni a mi novio ni a mi familia, porque te juro Katherine, que si haces algo… te vas a arrepentir.

Su labio inferior tembló, tal como el mío hacia antes de llorar, y las lágrimas cayeron por sus mejillas. Podía ver el dolor en sus facciones, pero no sentía nada de remordimiento ni culpa; es más, casi, solo casi me daba gusto.

-Y tú, Ev, no intentes decirme que estoy mal.

-No lo haré, Dest.- sus palabras destilaron odio, pero hacia Katherine.

En los 3 días que llevábamos ahí, noté que ni Ever ni la innombrable se agradaban mucho. Eran primas, si, pero eso no significaba que tuvieran que quererse, ¿o sí? Tal vez tuviera una idea errónea del amor fraternal ya que yo siempre había tenido una relación más que excelente con mi prima y Damen.

Dirigí mi mirada a la ventana y vi como la nieve caía como pequeños algodones afuera, resplandeciendo contra la pálida luz de la luna y brillando como diamantes. Me hubiera encantado salir y jugar con ella, lanzar bolas y hacer ángeles de nieve, pero no podía.

No podía ó no puedo. Esas son las palabras más horribles que alguien puede pronunciar y/o sentir. Sentir la impotencia de no poder hacer nada por más que lo intentas y la frustración que ello trae. La sensación de desesperación al verte impedido de realizar algo que deseas es más que horrible; y, desgraciadamente, así me sentía yo al no poder moverme libremente o no poder marcharme.

-Lucas…- susurré. Un suspiro de melancolía se me escapó y mi corazón comenzó a latir con más fuerza. Lo extrañaba. Lo quería. Lo necesitaba.

-Ángel…- pensó alguien, alguien cuya voz reconocería en cualquier parte.

Levanté mi cabeza y busqué por todas partes, pero no había nada. Ya hacía tiempo que había dejado de pensar que estaba loca, o al menos no tan loca como para necesitar un psicólogo, así que tal vez solo fuera mi desesperación. Suspiré y recargué mi cabeza contra la pared.

-¿Pasa algo?- preguntó Ever.

-Nada.- respondí, reacia a admitir que seguía oyendo voces, y no precisamente como las que ella estaba acostumbrada.

-Sí, ángel, estás loca. Pero así me fascinas.- volví a oír. Está vez, no habían sido alucinaciones mías; era real.- No digas u hagas nada, ya las sacaremos de ahí. Tú tranquila.

-¡Viena!- gritó Mason desde la puerta. Ella giró su cabeza y lo miró a los ojos.- Están aquí.

-¿Quiénes?- preguntó ella, quien al parecer no tenía ni idea de lo que hablaba su novio. Mason nos señaló con la barbilla y ella sonrió son sorna.- Perfecto. Comienza la diversion.

3 comentarios:

  1. OW! pobre katherine!!!
    WAA!! llegaaarooon!!
    INTRIGA & mas intrigaa!!
    hahaha!!!
    publica pronto(:

    ResponderEliminar
  2. no me dejes asi, pleaseeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ya quiero saber lo que pasara en el proximo capitulo!!!!!!

    Publica pronto, pleaseee

    Cuidate

    ResponderEliminar
  3. jajajaja que biennn!
    Me gustaaaa y muchooo!
    Siguee asiii!!!
    Me encanta tu historiaaaa :D
    Cuidateee y publica prontooo! POR FAAA

    ResponderEliminar