Soulmates

Sola. Esa fue la unica palabra que logró penetrar mi caparazón.



domingo, 31 de enero de 2010

1.1 A la escuela?

La alarma comenzó a sonar ruidosamente. Busqué el despertador a tientas sobre el buró junto a mi cama hasta que logré apagarlo. Suspiré y me levanté.

La cabeza me dolía mucho al igual que la espalda, pero era por estar llorando toda la noche por mi pesadilla del día que mi hermano murió. La cobija seguía sobre mi y reí de ante la idea de bajar así y que Damen y Ever me vieran.

Me bañé y me puse el horrible uniforme del instituto de Wake Forest; una falda plisada azul rey con rayas rojas, una camisa blanca debajo de un chaleco rojo, medias azul marino y zapatos de vestir negros. Me puse la chamarra de los mismos colores y me paré frente al espejo. “Rayos, este uniforme es horrible” pensé.

-¡Destiny!- gritó Ever.- ¡Baja ya! ¡No me obligues a ir por ti! – su voz se oía amenazante. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y tomé rápidamente mi mochila y mi mp3. Corrí por el largo pasillo hasta las escaleras. Cuando iba a terminar de bajar, me tropecé y cerré los ojos temiendo golpearme, pero caí en los brazos de Damen.

-¿Y así esperas sobrevivir en la escuela?-preguntó preocupado. –Dest, tienes fiebre.- Pense que era una pregunta, pero su rostro estaba serio.

-Damen tiene razón.- dijo Ever confimandolo, y que tenía una mano sobre mi frente y otra en mi mejilla.

-Damen, Ev, estoy bien.- Mentí, me alegré de haber protegido mis pensamientos esa mañana. No quería ir a la escuela, pero tampoco quería quedarme en casa. Ellos irían a Nashville hoy y mis padres estaban de viaje.

Damen me bajo y me miró unos instantes. Ever y yo intercambiamos una mirada y reímos.

-¿Lista para la escuela?- dijo sonriente Ever. La fulminé con la mirada pero siguió riendo.

-Cálmense las dos.- intervino Damen.

-¡Ella empezó!- dije riendo. Mi estomago gruñó y mis mejillas comenzarón a arder. realmente tenía hambre. - Emm… ¿podríamos desayunar? Tengo un poco de hambre.

-Tienes razón.- dijo ella.- Ahora o se te hará tarde.

-Si, nosotros te llevaremos a la escuela.- dijo el sonriendo. Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos.

-¿Y en que volveré a casa después de clases?- pregunté fastidiaba. Los miré a ambos y ellos se miraron tiernamente unos instantes, todo el amor de 4 siglos reflejado es esa mirada.

-¿Cuándo dije que iríamos en mi auto?- contestó Damen riendo.

-¿Qué tal si desayunamos y después me dicen que traman?- mi estomagó gruñó y Damen me subió a su espalda. En menos de 3 segundos ya habíamos cruzado toda la casa y estábamos en el comedor.

Ever cerró los ojos y el desayuno apareció en la mesa. La miré con los ojos abiertos de par en par; aveces me frustraba que ellos tuvieran todos esos poderes y habilidades y yo fuera una simple humana; meterminaría acomplejando a este paso. Desayunamos entre risa y risa, recordando viejos tiempos y planeando cosas para el fin de semana. Cuando terminamos de desayunar salimos al garage y frente a la larga fila de autos de ellos y mis padres, había un hermoso Ferrari California negro.

-Es para ti. Un pequeño regalo de nuestra parte.-dijo feliz Ever, para después besar a su amado novio.

-¿Pequeño?- pregunté con los ojos en blanco. Ellos y mis padres tienen un diferente significado para barato, rápido, en poco tiempo y viejo que los míos.

-Si, demasiado, diría yo.- contestó Damen.

-Uh-Huh.- fue lo único que pude decir.

Nos subimos al auto y Damen condujo con Ever de copiloto. Manejó 15 minutos y logré vislumbrar la gran escuela entre todos los árboles del espeso bosque. Se detuvo frente a ella y nos despedimos. Ellos bajaron y cuidando que no hubiera nadie viendo, aparecieron un Ferrari 2010 rojo. Sonrieron y se despidieron nuevamente con un leve movimiento de mano. Bajé del auto y me quedé paralizada viendo la imponente escuela frente a mí. Pequeñas gotas comenzaron a caer del cielo y a agradecí haber traído mi chamarra. Los alumnos comenzaron a llegar y me quedé petrificada viendo lo perfectos que se veían.

-Hola.- oí que alguien dijo detrás de mí, poniendo su mano sobre mi hombro…

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